Humedad
La sequedad del medio aéreo y el consiguiente riesgo de pérdida de agua es uno de los problemas más importantes a los que se enfrentan las plantas terrestres. Salvo en los medios lluviosos de selva ecuatorial, las plantas desarrollan diferentes adaptaciones destinadas a limitar las pérdidas de agua por las hojas, más evidentes en los climas más áridos:
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Formación de cutículas impermeables cubriendo la epidermis de todos los órganos aéreos.
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Reducción del tamaño de las hojas, llegando a su transformación en espinas (imagen adjunta). Así, no sólo se reduce la transpiración; las espinas protegen de los herbívoros en un ambiente donde es tan difícil crecer.
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Disminución del número de estomas, que además pueden mantenerse cerrado durante las horas diurnas.
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Desarrollo en tallos y hojas de parénquimas capaces de almacenar agua (plantas suculentas o crasas como los cactus).
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Formación de largas raíces.
Tallos fotosintéticos, muy engrosados y espinosos de una cactácea. Real Jardín Botánico de Madrid (foto cmm).
Las especies especializadas en vivir bajo condiciones más áridas reciben el nombre de xerófilas.
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