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8.2. Los primeros ensayos de industrialización

Los países de América del Sur (entre 1900 y 1930) aprovecharon la Gran Guerra y se sumaron a la corriente exportadora del momento con frutas, café, caucho, cacao, algodón y carne. Los nitratos de Chile, usados como fertilizantes, el cobre y otros productos mineros, tuvieron también un importante mercado en Europa.

Las oligarquías dirigentes, eufóricas con la prosperidad económica, no vieron los riesgos que conllevaba depender exclusivamente de las exportaciones de materias primas sin fomentar al mismo tiempo el desarrollo industrial y el mercado interior (algo que, por otra parte, era difícil dados los bajos salarios de la mano de obra). Este comercio beneficiaba a los inversores extranjeros, mayoritariamente de origen estadounidense, que fundaron grandes monopolios como la United Fruit Company, que controlaba toda la producción y exportación de fruta. De ahí que a los Estados iberoamericanos se les conociera como el imperio bananero de Estados Unidos.

Con la crisis de 1929 las economías de exportación se hundieron porque se redujo la demanda y la inversión de EE.UU. en la zona. Mientras, su población seguía creciendo, se incrementaba el éxodo rural y aumentaban las desigualdades sociales. Además, la inflación se disparó y creció el déficit de las balanzas de pagos, todo lo cual favoreció un progresivo endeudamiento exterior.

Fue en este momento cuando se desarrollaron y consolidaron las clases medias. Éstas obligaron a que se instaurase progresivamente el sufragio universal y fundaron partidos políticos, de corte europeo para derrocar a las oligarquías tradicionales. Estos movimientos políticos no fueron ajenos a las corrientes totalitarias que dominaban Europa en la década de los treinta

Estados iberoamericanos
Fuente: http://files.redsafeworld.net/
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