2.3.1. Aportaciones de Mendel
Mendel figura merecidamente en el panteón de los científicos de primera fila por su cuidadosa elaboración de hipótesis, el diseño de experimentos controlados para corroborarlas y la combinación de modelos matemáticos con observaciones efectuadas sobre series estadísticas, procedimiento este que demostró ser muy superior al empleado habitualmente por los biólogos de la época. No obstante, su trabajo no constituye una anomalía incomprendida o ignorada por sus coetáneos, como aseguran muchos libros de
texto. De hecho, obtuvo amplio reconocimiento considerando que se trataba de una investigación encaminada a encontrar “las leyes que gobiernan la formación y el desarrollo de los híbridos”, no las leyes de la herencia (término que nunca mencionó en sus escritos).
Mendel consideraba a los organismos como un mosaico de caracteres hereditarios que se transmiten independientemente unos de otros. Para analizarlos se aseguró de trabajar con “líneas puras” del guisante (Pisum sativum), esto es, con variedades que se habían reproducido sin cambios durante al menos dos años. Seleccionó en ellas siete caracteres de fácil identificación y procedió a cruzarlas:
Los siete pares de caracteres estudiados por Mendel en el guisante (fuente: http://es.wikipedia.org/wiki).
Los híbridos de la primera generación exhibían siempre uno de los dos caracteres contrapuestos (véase la ilustración siguiente), al que Mendel calificó de dominante; el otro, designado como recesivo, no se había desvanecido, sino que permanecía “oculto” o “latente” en los híbridos y reaparecía cuando estos se reproducían por autofecundación (método habitual en las angiospermas, que suelen ser hermafroditas) en una proporción invariable: tres individuos con el rasgo dominante por cada uno con el rasgo recesivo (proporción 3:1).
Mendel no se detuvo en la segunda generación de híbridos, sino que llegó a estudiar hasta la séptima, trabajando con un total de 27.000 plantas. Tampoco se limitó al análisis de cruzamientos entre plantas que diferían en un par de caracteres (monohibridismo), sino que bregó con dos y hasta tres pares de caracteres simultáneamente (dihibridismo y trihibridismo, respectivamente). Por último, confirmó sus resultados con los híbridos de otras especies, como la judía (Phaseolus vulgaris). Pero cuando estudió híbridos entre especies distintas del género Hieracium (y no entre variedades de una misma especie, como hasta entonces) obtuvo resultados confusos, lo que le desanimó a proseguir sus investigaciones.
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