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Límites destructivos de placas

Corresponden a convergenciachoque entre placas que se desplazan en sentido contrario. Como acabamos de ver, en las dorsales se está generando siempre nueva corteza oceánica, lo que traería consigo un aumento de la superficie terrestre. Sin embargo la Tierra no está creciendo, sino que se mantiene en un equilibrio global en cuanto a la cantidad de materia presente en la superficie. ¿Cómo se consigue compensar el exceso producido en las dorsales? La respuesta es clara: si por una parte la superficie de la Tierra está aumentando, por otra debe disminuir. Esto último se consigue de dos formas: o bien deformando las placas ("arrugándolas"), o bien destruyendo litosfera; el que suceda una cosa u otra dependerá del tipo límite y de la historia geológica de la placa. Tenemos aquí, de nuevo, varias situaciones posibles:

  • Convergencia entre un borde continental y otro oceánico
En este caso, el extremo más antiguo –y por lo tanto mas frío y denso– de la placa oceánica tiende a hundirse, mientras que la placa continental “flota” por ser más ligera (además de presentar un mayor espesor); la placa oceánica subduce hasta alcanzar zonas profundas del manto. En el lugar de la superficie, cubierto por el mar, donde se produce la subducción se origina una fosa oceánica (caracterizada por un bajo flujo térmico; es decir, las temperaturas registradas son inferiores a las de las zonas adyacentes).
Convergencia oceánica-continental
Convergencia de un borde oceánico con un borde continental.

Mientras tanto, los bordes continentales de la otra placa se pliegan, se levantan los sedimentos marinos antes depositados y tiene lugar un proceso orogénico que dará lugar a la formación de una cordillera perioceánica. En la zona de subducción (la región en la que una placa se introduce hacia el interior de la Tierra) se producen grandes fricciones, lo que ocasiona múltiples fracturas y, en consecuencia, sismos; por otro lado, el rozamiento y el aumento de temperatura en esta zona hace que las rocas comiencen a fundirse, dando lugar a magmas que pueden salir a la superficie a través de las múltiples fracturas o fallas ocasionadas durante el choque de las placas.

Un ejemplo de este tipo de convergencia tiene lugar actualmente entre las placas de Nazca y Sudamericana (la velocidad relativa con que ambas placas se mueven es de 11 centímetros por año), origen de la cordillera de Los Andes. Los fuertes y frecuentes sismos que afectan a esta región son producidos por el choque de estas dos placas.


  • Convergencia entre dos bordes oceánicos
En este caso una de las placas (generalmente la que presenta el borde más denso, que suele coincidir con la más antigua) se desliza debajo de la otra, es decir, subduce.
Convergencia oceánica-oceánica
Convergencia de dos bordes oceánicos. Obsérvese la formación de un arco insular paralelo a la costa.

Al igual que en el caso anterior se produce una fosa oceánica; el extremo de la placa que queda sobre la subducida se deforma por el choque produciendo numerosos pliegues y fallas y, en consecuencia, fuertes sismos. También en este caso la fricción en la zona de subducción y el aumento de temperatura provocan la fusión parcial de materiales, originando magmas que pueden emerger por las grietas formadas y llegar a la superficie,  dando lugar a una  serie  de  islas volcánicas –un arco insular– situadas paralelamente a la fosa oceánica.

En el océano Pacífico tenemos multitud de ejemplos, como las islas Marianas y las islas del Japón, que forman parte del llamado Cinturón de fuego del Pacífico, en el que se concentra el 90 por ciento de todos los terremotos registrados.


  • Colisión entre dos bordes continentales
Convergencia entre bordes continentales
Convergencia entre dos bordes continentales, con formación de altiplanos como la Meseta del Tibet.

Se produce cuando, tras un choque como el descrito en el primer caso, el extremo oceánico de una placa mixta ha subducido totalmente y quedan enfrentadas dos grandes masas  continentales.  En  este  caso  no  hay subducción (aunque el extremo oceánico esté “tirando” del continente hacia el interior del planeta), y se genera una deformación vertical que da origen a una cordillera intracontinental; los dos continentes quedan unidos por una zona de sutura, proceso que recibe el nombre de obducción. La convergencia produce un gran número de sismos.

Este es el origen de la cordillera del Himalaya, formada por el choque entre la placa Euroasiática y la Índica.


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