2. Estudio del interior de la Tierra
Para conocer el interior de la Tierra se puede recurrir a varios tipos de métodos que podemos agrupar en:
Los materiales que se estudian son rocas que se extraen de las minas, que se expulsan por los volcanes y las que se ponen al descubierto por erosión de los materiales depositados sobre ellas. Asimismo la caída de meteoritos provoca cráteres de impacto que pueden sacar a la superficie rocas del interior. En ocasiones, estas rocas poseen xenolitos (del griego xénos, “extraño” y líthos, “piedra”), es decir, fragmentos de roca arrancados del manto y que, por ejemplo, fueron arrojadas al exterior mediante erupciones volcánicas.
También se han realizado sondeos para conocer la corteza continental profunda; el pozo más profundo perforado hasta la actualidad es el pozo SG-3 en la península de Kola (Rusia) que supera los 12 km de profundidad. Con posterioridad, el barco japonés Chikyu inició la perforación de la corteza oceánica con intención de alcanzar el manto (noticia). Actualmente, mantiene el récord de perforación en aguas profundas que estableció en abril de 2012.
Se basan en cálculos y deducciones elaborados al estudiar las propiedades físicas y químicas de nuestro planeta. Los datos obtenidos se representan en gráficas y, a partir de ellas, se construyen hipótesis sobre la composición y estructura del interior de la Tierra. Los métodos indirectos se clasifican en:
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Métodos no sísmicos, entre los que encontramos los estudios de rocas extraterrestres como los meteoritos, que nos aportan información sobre la abundancia de los elementos químicos que existen en el Sistema Solar y, en consecuencia, de la composición de las capas internas de la Tierra... También el estudio de las características del planeta (magnetismo, gravimetría, densidad y temperatura de la tierra) nos puede proporcionar información sobre el interior del planeta.
Meteorito
Los meteoritos son cuerpos celestes que se han formado junto con el resto del Sistema Solar, a partir de la misma nebulosa, hace unos 3700 Ma, por lo que su composición debe ser similar. Pueden atravesar la atmósfera y caer a la superficie de la Tierra. El 92,6 por ciento corresponde a meteoritos rocosos, el 5,7 por ciento a sideritos o meteoritos ferrosos (compuestos de aleaciones de hierro y níquel con pequeñas cantidades de carbono, azufre y fósforo) y un 1,5 por ciento a meteoritos ferrosos-rocosos.
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Métodos sísmicos. Se basan en el estudio de las variaciones de velocidad de las ondas sísmicas en el interior de la Tierra. Estos métodos han proporcionado la más valiosa información acerca de la estructura y dinámica del interior terrestre, como veremos en el siguiente epígrafe.
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