Introducción
Vista aérea de los efectos del tsunami en Sendai por Dylan McCordderivative work: --Liberal Freemason (talk) - Dominio público vía Wikimedia Commons. |
El 11 de marzo de 2011, a las 14:46, hora local, tuvo lugar frente a la costa de la isla de Honshu (Japón) el conocido como gran terremoto de Japón oriental que, con una magnitud 8,9 en la escala Richter, es el mayor terremoto sufrido en este archipiélago y el quinto del mundo. Este gran seísmo provocó un tsunami que fue responsable de la mayoría de los daños. En conjunto, ocasionó más de 21.000 víctimas y enormes pérdidas materiales, entre las que destacan los daños causados a las centrales nucleares de Fukushima. Ciudades enteras quedaron arrasadas y se vieron afectados todos los sectores económicos del país. En Estados Unidos, Chile y otros países situados al otro lado del Pacífico también se registraron daños de diversa gravedad.
Lo anterior es solo un ejemplo de la multitud de incidentes diversos de origen geológico que continuamente se registran en el mundo. La historia está jalonada de acontecimientos catastróficos que son la manifestación de la energía y dinámica internas del planeta.
Pero lo que ocurre bajo la superficie no solo es causa de fenómenos potencialmente dañinos para las personas o sus bienes. También es origen de muchos de los recursos de los que dependen las actividades humanas. La Tierra proporciona minerales de los que extraemos valiosos metales y otros elementos, combustibles fósiles y elementos radiactivos que proporcionan energía, reservas de aguas subterráneas, energía geotérmica, materiales para la construcción,... y en la misma superficie se desarrolla el suelo que es soporte de los bosques, la agricultura y ganadería.
¿Por qué tienden a ocurrir ciertos sucesos catastróficos siempre en las mismas regiones? ¿Por qué los volcanes se agrupan en conjuntos bien definidos y se alinean a lo largo de las zonas de elevada sismicidad? ¿Cómo se forman y dónde podemos encontrar los yacimientos de minerales y rocas de interés económico? ¿De dónde procede el calor que emana del interior terrestre? ¿Cómo se genera el magnetismo terrestre que se manifiesta en superficie?
Determinar qué rocas forman el interior del planeta, su estado, comportamiento, la dinámica que se desarrolla en las zonas profundas, si ha cambiado y cómo lo ha hecho a lo largo de la historia de la Tierra, proporcionará el conocimiento que nos permita avanzar tanto en la predicción de aquellas catástrofes, como en la prevención o mitigación de los daños que ocasionan, así como en una adecuada gestión de los recursos que nos son tan necesarios.
Pero ¿cómo saber qué rocas hay y cuál es su estado? De los 6.370 kilómetros que nos separan del centro del planeta, sólo hemos arañado levemente la superficie: apenas los primeros 13 kilómetros y únicamente en un par de puntos de sondeo. Sin embargo, gracias a evidencias indirectas se ha ido construyendo una imagen cada vez más precisa de lo que ocurre en las profundidades del manto y el núcleo terrestres.
Como veremos en esta unidad, el conocimiento acumulado a lo largo del siglo XX sobre el interior terrestre y su dinámica adquiere un sentido global bajo el nuevo paradigma que supone el desarrollo de la unificadora teoría de la tectónica de placas.
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