5.1. Relación esfuerzo-deformación
La deformación de una roca ante un esfuerzo tectónico es resultado de una componente elástica y otra plástica. Al someter a una roca a la acción de un esfuerzo y medir la deformación producida (véase la gráfica siguiente), podemos encontrar uno de los siguientes comportamientos:
Relación esfuerzo-deformación. A, deformación plástica. B, deformación elástica (cmm). |
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Deformación elástica: en que la magnitud de la deformación es proporcional a la intensidad del esfuerzo aplicado hasta alcanzar el límite elástico (figura de la derecha). Si cesa la acción del esfuerzo, las rocas recuperan su estado indeformado inicial.
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Deformación plástica: aparece a partir del límite elástico, siendo una deformación permanente.
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Deformación frágil: ocurre al superar el límite de resistencia mecánica del material tras la deformación plástica o, con más frecuencia, elástica.
La deformación elástica, al no dejar huellas permanentes, no da lugar a estructuras tectónicas, sino que éstas son causadas por deformaciones plásticas (pliegues) o por rotura (fallas y diaclasas).
Los materiales que presentan deformación plástica entre elasticidad y rotura se denominan dúctiles y aquellos que sólo se comportan de modo elástico ante esfuerzos repentinos o de corta duración son los frágiles. Bajo condiciones superficiales las rocas se comportan como materiales rígidos y frágiles; sin embargo, en las series estratigráficas se observan deformaciones plásticas, por lo que estos conceptos son relativos, dependiendo la respuesta de las rocas de diversos factores que veremos a continuación.
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