Hádico
Comprende desde el momento en que se formó la Tierra hasta el fin del Gran Bombardeo Terminal. En este periodo inicial, nuestro planeta se iba enfriando exteriormente, pero volvía a fundirse por el calor emanado por la masa incandescente interior, y estaba sometido a un bombardeo continuo de meteoritos y otros cuerpos “celestes” que al chocar liberaban una gran cantidad de energía —a la que habría que sumar la desprendida por los elementos radiactivos— aumentando la temperatura del planeta.
Recreación del Hádico |
Este estado de la Tierra, en la que las rocas y los metales estaban en un estado semifundido y podían fluir como líquidos viscosos, propició que hubiese una diferenciación de los materiales que componían la Tierra en función de sus densidades: los materiales más densos fluyeron a las capas inferiores y los menos densos fueron desplazados a capas superiores. Este hundimiento gigantesco generó aún más calor, elevando la temperatura promedio de la Tierra alrededor de 6.000 °C. Como consecuencia de la diferenciación, se formaron una serie de capas concéntricas ordenadas por densidades: en su parte más interna, el núcleo, compuesto por los materiales más densos, hierro y una pequeña proporción de níquel; sobre este núcleo se depositaron materiales de densidad intermedia para constituir el manto y finalmente, la capa más externa y menos densa formó la corteza.
Se supone que durante el Hádico la superficie terrestre se fue enfriando lo suficiente como para formar una rudimentaria corteza. La actividad volcánica era intensa, lo que motivaba que grandes masas de lava saliesen al exterior y al solidificarse aumentasen el espesor de la incipiente corteza. Aunque en unos pocos millones de años nuestro planeta alcanzó su tamaño definitivo continuó siendo bombardeado durante 100 millones de años más por planetesimales de gran tamaño.
Apenas se tienen datos de este eón, solo se han encontrado algunas rocas en Australia y Canadá de unos 4.400 Ma cuyo origen se desconoce, si bien su composición se asemeja al basalto. Los volcanes también producían grandes cantidades de gases (CO2, metano, amoníaco...) que darían lugar a una atmósfera secundaria, constituida esencialmente por CO2, vapor de agua y N2, pero prácticamente nada de oxígeno. Esta atmósfera secundaria tenía aproximadamente 100 veces más gas que la actual, la mayor parte gases de efecto invernadero; a consecuencia de ello, se sospecha la presencia de agua líquida (procedente de cuerpos extraterrestres que chocaban con la Tierra), a pesar de que la energía emitida por el Sol era sólo el 70 % de la actual y la temperatura teórica de nuestro planeta sería de –41 °C.
Posiblemente la presencia de agua líquida permitió que se originara la vida hace unos 4.400 Ma. El intenso bombardeo al que estuvo sometida la Tierra en sus comienzos —y que concluyó hace aproximadamente 3.900 Ma con el Gran Bombardeo Terminal que pulverizó la superficie de la Tierra— pudo llegar a aniquilar en diversas ocasiones a la incipiente biosfera.
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