Cronología absoluta
Como acabamos de ver, con las técnicas disponibles en la época, los geólogos del siglo XIX sólo podían componer una escala de tiempo relativa. Así, la edad de la Tierra y la duración de las unidades de esta escala permanecieron desconocidas hasta principios del siglo XX. Sin embargo, el descubrimiento de la radiactividad en 1896, por el físico francés Antoine Henri Becquerel (1852-1908), hizo que se desarrollaron los métodos radiométricos de datación. Con ellos se pudo calibrar la escala relativa de tiempo geológico creando una escala de datación absoluta.
Este método se basa en la característica que presentan algunos elementos radiactivos de desintegrarse espontáneamente dando lugar a isótopos. No puede decirse cuándo se desintegrará un núcleo radiactivo concreto, pero sí qué porcentaje de dichos núcleos que formaban parte de la roca recién formada sobrevivirá al cabo de un tiempo dado. Por ejemplo, si un material contiene átomos de potasio 40 (40K), en 1.300 millones de años la mitad de ellos se habrá transformado en argón 40 (40Ar). Conociendo este dato, llamado periodo de semidesintegración o vida media y las cantidades de isótopos radiactivos iniciales y finales (relación 40K/40Ar) podemos calcular la edad de la muestra.
Esquema que representa como va desintegrándose el 14C para originar 14N. El periodo de semidesintegración es, en este caso, de 11.460 años |
El siguiente diagrama representa esquemáticamente la desintegración de 235U hasta 207Pb. El periodo de semidesintegración es de 704 millones de años. Una roca que contenga un 3,125% del isótopo padre (representado en azul) habrá sufrido 5 periodos de semidesintegración y su edad es, por tanto, de 3520 Ma:
La datación absoluta revolucionó el estudio de la Tierra y permitió establecer la edad de rocas pertenecientes a cada una de las divisiones anteriormente citadas, asignando a cada una de ellas una edad numérica precisa; si a la escala bioestratigráfica le añadimos la información aportada por las dataciones radiométricas, obtendremos una escala cronoestratrigráfica. Como veremos en el siguiente epígrafe, las dataciones relativas y especialmente las absolutas nos permiten hacer una interpretación histórica de los acontecimientos que han tenido lugar en nuestro planeta a lo largo de su existencia.
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