Saltar la navegación

1.3. Fotosíntesis

La fotosíntesis tiene lugar tan solo en las hojas y tallos verdes. Por consiguiente, las moléculas orgánicas producidas durante el proceso deben ser exportadas al resto de la planta, con el fin de que sus células puedan respirar y obtener energía y materiales para su crecimiento. El floema es el tejido encargado de transportar la savia elaborada, es decir, la solución nutritiva procedente de las hojas, a los demás órganos de la planta. El mecanismo más aceptado para este transporte es el conocido como flujo de masas, como se describe en la figura adjunta.

 
Transporte de glucosa por el floema
 

El proceso fotosintético se realiza a través de un número elevado de complejas reacciones físico-químicas, que, para su estudio, se dividen en dos grupos:

1. Reacciones dependientes de la luz (fase luminosa)
En esta fase, las plantas absorben energía solar mediante moléculas coloreadas denominadas pigmentos, de las cuales la más abundante es la clorofila, y la emplean para producir la fotolisis (ruptura por medio de la luz) de las moléculas de agua, según la reacción:

H2O ——LUZ (H2) + ½ O2

El oxígeno se libera a la atmósfera y el hidrógeno se transfiere a lo largo de una cadena de transportadores, igual que ocurría en la respiración; se obtiene, así, energía en forma de ATP.

 
2. Reacciones independientes de la luz (fase oscura)
En esta fase se producen una serie de reacciones, independientes de la luz, en las que el dióxido de carbono y diversas sales (nitratos, sulfatos, fosfatos…) se convertirán en glúcidos, lípidos, proteínas y demás moléculas que componen la célula vegetal y que se incorporan a su estructura corporal. En esta fase se va a utilizar el ATP generado en la fase anterior. Para la glucosa, la ecuación global de la fotosíntesis es:

6 CO2 + 6 H2O + luz solar ——fotosíntesis C6H12O6 + 6 O2

es decir, la inversa —al menos en apariencia— a la de la respiración.

 

Un nuevo ciclo sobre la Tierra había venido a sumarse al que ya propusiera Hutton: las plantas producen oxígeno, y todos los seres vivos lo consumen durante la respiración; lo contrario ocurre con el dióxido de carbono. Ahora, el impulsor del ciclo ya no era el calor interno de la Tierra, sino la energía del Sol.

 

 

Obra publicada con Licencia Creative Commons Reconocimiento No comercial Compartir igual 4.0