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Microorganismos y medio ambiente

Los microorganismos degradan, asimilan y/o metabolizan de forma natural moléculas orgánicas, en ocasiones tóxicas, transformándolas en moléculas más pequeñas e inocuas que se pueden incorporar al ciclo de los elementos; este proceso recibe el nombre de biodegradación. La aplicación de técnicas de biodegradación para neutralizar o eliminar sustancias contaminantes y recuperar las zonas contaminadas recibe el nombre de biorremediación y puede realizarse de distintas maneras:

  • Remediación microbiana. Se refiere al uso de microorganismos directamente en el foco de la contaminación (no todos los contaminantes pueden ser tratados: los metales pesados se absorben difícilmente por los microorganismos). Se pueden usar microorganismos autóctonos (incorporando nutrientes para incrementar su desarrollo) o exógenos (en muchas ocasiones modificados genéticamente).
     
  • Degradación enzimática. Consiste en el empleo de enzimas, producidas en bacterias transformadas genéticamente, para degradar contaminantes.
     

La fitorremediación

Consiste en el uso de plantas para limpiar zonas contaminadas. Se basa en la capacidad que tienen algunas especies vegetales, como el altramuz o el tomate, de extraer, metabolizar y acumular sustancias tóxicas presentes en los suelos (metales pesados, compuestos radiactivos, sustancias orgánicas…).
Las ventajas que ofrece la fitorremediación frente a los métodos tradicionales (el reemplazo de suelos, la incineración…) son su bajo costo, su seguridad y su sencillez de aplicación tanto en ecosistemas acuáticos como terrestres. Además permite la eliminación selectiva de contaminantes y su recuperación para futuros usos.

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