3. Regulación del metabolismo
Buena parte de los procesos biotecnológicos que acabamos de estudiar se aprovechan de “fallos” en el metabolismo microbiano. Para un ser vivo suele resultar dañina, por ejemplo, la producción en exceso de sus metabolitos. Si una cepa —una variante genotípica de una especie— lo hace, los verterá al medio para consumo de otros organismos… y para su propia perdición, ya que podría hallarse en desventaja selectiva con respecto a cepas menos despilfarradoras.
Tradicionalmente, los microbiólogos han buscado con afán cepas mal reguladas capaces de sobreexpresar productos de interés industrial, rescatándolas de la extinción. Hoy en día, las técnicas de ingeniería genética siguen una estrategia más sutil: toman cepas normales y “desconectan” deliberadamente sus controles reguladores naturales. Para lo cual, por descontado, han de averiguar en primer lugar dónde están y cómo funcionan dichos controles.
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