1.1. Utilización de la energía procedente del Sol
¿Qué tiene de especial la luz solar? ¿Por qué pueden usarla las plantas para reducir el CO2?
Esta es la clave que distingue la fotosíntesis de procesos tales como la respiración. Para descifrarla debemos conocer con algún detalle la naturaleza de la luz. En 1901, el físico alemán Max Planck (1858-1947) estableció que la luz tiene propiedades tanto de onda como de partícula. Planck sabía ya que la luz es una forma de radiación electromagnética y, como tal, se propaga por el espacio en forma de ondas; lo que descubrió es que, cuando interactúa con la materia, la luz se comporta como un chorro de partículas inmateriales, a las que hoy llamamos fotones.
Cada fotón porta una cantidad de energía bien definida, inversamente proporcional a la longitud de onda (λ) de la radiación de la que forma parte. El espectro electromagnético es un “mapa” de las diferentes radiaciones según la energía de sus fotones; como señala la ilustración a continuación, solo algunas pueden percibirse como luz visible. Si la energía de un fotón que choca con una molécula es pequeña, se dispersará en forma de calor; pero si es suficientemente alta puede ser absorbida por un electrón de la molécula, elevándolo a un orbital con un nivel energético superior. En casos extremos el electrón puede abandonar la molécula, rompiéndose el enlace que formaba.
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