Diseminación y germinación de la semilla
- Diseminación del fruto y la semilla
Tras su formación, la semilla se ha de alejar (diseminar) de la planta madre donde se originó para colonizar otros lugares y garantizar su supervivencia. Para diseminarse, las semillas pueden utilizar diversos medios como el viento –en este caso, la semilla ha de ser muy ligera y disponer de expansiones a modo de alas para planear, o de vilanos, que son expansiones de pelos en forma de paracaídas– y los animales –en cuyo caso las semillas poseen “ganchos” o “púas” y se quedan unidas a los pelos o plumas de los animales, o bien se encuentran en el interior de suculentos frutos que son comidos y transportados lejos con los excrementos del animal–. Vemos, pues, que el fruto facilita la dispersión de las semillas, sea por el viento, el agua o los animales.
- Germinación
Cuando la semilla cae en suelo apropiado y encuentra unas condiciones propicias, el embrión que hay en su interior continúa su desarrollo; este proceso se denomina germinación. Las condiciones óptimas para la germinación varían de una especie a otra, pero, por lo general, implican un aporte suficiente de agua y oxígeno y una temperatura adecuada. En muchas ocasiones también se requiere un cierto tiempo de insolación.
La germinación se inicia con la difusión del agua a través de las envueltas de la semilla, tras lo cual el embrión se hincha y desgarra sus envolturas. La entrada del oxígeno permite al embrión obtener la energía que necesita (por la respiración), mientras que el endospermo y el cotiledón (recordemos que las plantas monocotiledóneas poseen un solo cotiledón en tanto que las dicotiledóneas tienen dos) aportan los nutrientes.
Generalmente, la primera estructura en brotar es la radícula que, gracias a sus pelos absorbentes, puede tomar agua del suelo y mantener sujeta la planta. A continuación emerge el hipocotilo y, con él, el o los cotiledones. Estos últimos realizan la fotosíntesis hasta que las verdaderas hojas asumen la función. Se denomina plántula a esta planta que depende para su desarrollo de las sustancias de reserva de la semilla.
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