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1.4. Importancia de las plantas

Los organismos que componen un ecosistema necesitan tomar energía para realizar sus funciones vitales y mantener o renovar su masa material (recordemos que un ecosistema está formado por un conjunto de organismos que establecen relaciones entre sí y también con el ambiente físico en el que desarrollan su actividad biológica). Para conseguir dicha energía, establecen entre ellos una serie de relaciones tróficas o de alimentación que permite clasificarlos en:

    • Productores: Son aquellos organismos que, gracias al proceso de fotosíntesis, transforman la materia inorgánica en orgánica, utilizando para ello la energía procedente de la luz solar. Son las plantas, las algas y diversos grupos de bacterias (por ejemplo, las cianobacterias).

    • Consumidores: Son aquellos seres vivos que utilizan la energía contenida en las moléculas orgánicas, sintetizadas por las plantas, y en sus derivados; la energía se va a liberar en las células de los consumidores que las tomaron como alimento, a través de la respiración celular.

    De igual forma, la materia orgánica va pasando de un nivel trófico al siguiente, desde los productores, a los herbívoros, carnívoros y descomponedores.

    Así pues, vemos que las plantas elaboran moléculas orgánicas ricas en energía y a partir de ellas se alimentan los demás organismos; constituyen, pues, el elemento fundamental de los ecosistemas terrestres, sin el cual no sería posible la supervivencia de los seres vivos.

    Pero el papel de las plantas no se reduce a producir alimentos para el resto del ecosistema. Como veremos en la Unidad 10, los organismos fotosintéticos fueron los responsables del aumento de la concentración de oxígeno en la primitiva atmósfera. Mediante el proceso de fotosíntesis, el dióxido de carbono es retirado de la atmósfera y, por el contrario, el oxígeno es liberado —recordemos que en la respiración los seres vivos toman oxígeno y eliminan dióxido de carbono—. Por tanto, los organismos fotosintéticos como las plantas son los que mantienen los niveles adecuados de oxígeno en la atmósfera.

    Por último, hemos de destacar que los bosques son importantes reguladores del ciclo del agua. La estructura de las raíces actúa absorbiendo el agua y liberándola lentamente a lo largo del año, contribuyendo de esta manera al mantenimiento del caudal de los ríos, a la reposición de los acuíferos, a la reducción de la erosión del suelo y a la liberación de la humedad en la atmósfera. Si se talan los bosques y las tierras agrícolas sufren erosión, la sedimentación obstruye el cauce de los ríos, las inundaciones se vuelven más frecuentes, las reservas de agua subterránea desaparecen y el clima cambia.

     

     

     

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