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Sistema nervioso periférico

Esquema de la médula espinal de un mamífero
Esquema de una sección transversal de la médula espinal de un mamífero.

Tiene la función de conectar los receptores y efectores del organismo con los centros nerviosos. Incluye  ganglios, plexos nerviosos y dos tipos de vías neurales: las aferentes, constituidas por neuronas que llevan la información de los receptores al sistema nervioso central, y las eferentes, que conducen las respuestas desde el sistema nervioso central hasta los efectores.

A grandes rasgos, dentro del sistema nervioso periférico se puede hacer una distinción entre dos subsistemas: el somático y el autónomo.

 

 

Sistema nervioso simpático y parasimpático
Divisiones simpática (con sus fibras dibujadas en color rosa) y parasimpática (en azul oscuro) del sistema nervioso autónomo. Las fibras nerviosas preganglionares de ambas están dibujadas con trazo continuo, y las postganglionares con trazo discontinuo. Las fibras que abandonan la división simpática contactan con dos cadenas de ganglios paralelas a la columna vertebral (en la ilustración solo se representa una); las de la parasimpática lo hacen en ganglios alejados.

  1. Sistema nervioso somático. Está constituido por las fibras eferentes que inervan los músculos estriados (esqueléticos). Se caracteriza por producir una contracción voluntaria y porque la unión entre el sistema nervioso central y el órgano efector se realiza mediante una sola neurona. Este sistema incluye:

    • Nervios craneales (entre diez y doce pares), que entran y salen del encéfalo (en su mayoría del bulbo).Pueden llevar nervios sensitivos, motores o de ambos tipos. Inervan los órganos sensitivos situados en la cabeza, en la parte superior del tronco y en algunos órganos internos.

    • Nervios raquídeos o espinales, que salen de la médula por los espacios intervertebrales (entre vértebra y vértebra), inervan el tronco y las extremidades e intervienen en la ejecución de los actos reflejos (no confundir con los arcos reflejos).

  2. Sistema nervioso autónomo. Inerva los músculos lisos, el cardíaco (ambos de contracción involuntaria) y las glándulas, y puede producir excitación (contracción) o inhibición (relajación). Está formado por fibras motoras que tienen su origen en el sistema nervioso central, pero que, antes de llegar a los órganos efectores, realizan una sinapsis con otras neuronas localizadas en ganglios. Se distinguen las fibras preganglionares (anteriores a la sinapsis en los ganglios) y las fibras postganglionares (posteriores a la sinapsis). Este sistema engloba tres divisiones:

    1. División simpática. Sus fibras preganglionares salen de las regiones torácica y lumbar de la médula (por lo que también se le conoce como sistema toraco-lumbar; obsérvese que corresponde a la región central de la columna). Dichas fibras hacen sinapsis en dos cadenas de ganglios próximas a la médula (una a la izquierda y otra a la derecha del organismo) que recorren las principales cavidades del cuerpo. De dichas cadenas parten fibras que se dirigen a los órganos efectores, si bien en ocasiones toman "relevo" en unos ganglios intermedios (véase la ilustración anterior].

    2. División parasimpática. Sus fibras parten del cráneo y de la región sacra (extremo inferior) de la médula espinal. En esta división los ganglios se sitúan cerca de los órganos efectores, al contrario de lo que ocurre con la simpática.

      Las funciones de ambas divisiones suelen ser antagónicas. En general, el sistema simpático moviliza energía y permite al organismo reaccionar ante situaciones de peligro o estrés, mientras que el parasimpático es más activo en las situaciones ordinarias de reposo. Los dos sistemas envían impulsos a los órganos viscerales, cuya actividad dependerá en cada momento del ritmo de cada uno de ellos.

    3. División entérica. Consta de dos plexos nerviosos –mientérico y submucoso– ubicados en la pared intestinal y similares a los sistemas difusos de los invertebrados que estudiamos al comienzo de este epígrafe; al parecer regulan la motilidad gastrointestinal y la función secretora. Presenta tantas neuronas como la médula, y se la ha considerado como un "pequeño cerebro intestinal" porque, según se pensaba, gozaba de una amplia autonomía. Sin embargo, en la actualidad se cree que actúa coordinadamente con las fibras eferentes del parasimpático.

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