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1.2. Efectores

Un efector es toda célula u órgano capaz de llevar a cabo las respuestas que elabora el sistema nervioso, después de analizar la información captada por los receptores. Las respuestas más extendidas en el mundo animal son la secreción glandular, que estudiaremos en la segunda parte del tema, y el movimiento.

El movimiento se debe a la contracción del tejido muscular, aunque algunos animales, como los artrópodos y los vertebrados, pueden realizar movimientos más precisos que otros (medusas, sanguijuelas, lombrices…) debido fundamentalmente a dos motivos:

Músculos y esqueleto
"Musclesbicepstriceps". Licensed under CC BY-SA 3.0 via Wikimedia Commons.
  1. Formación de músculos. El tejido muscular, en vez de estar dispuesto en capas –que es lo que ocurre en los grupos más sencillos, como los anélidos–, se agrupa formando órganos individuales (los músculos).

  2. Presencia de un esqueleto articulado. En otros grupos existe un esqueleto articulado donde se insertan los músculos. Estos, al contraerse, tiran de la pieza esquelética a la que están unidos, produciendo un movimiento relativo de unas partes respecto a otras. Por tanto, los músculos son unos elementos activos del movimientos, y las piezas esqueléticas, los elementos pasivos.

    En los artrópodos, este esqueleto articulado es externo y está constituido por el caparazón y los numerosos apéndices en los que se insertan los músculos encargados de su movimiento. En los vertebrados, el esqueleto articulado está constituido por estructuras más o menos calcificadas (espinas en peces óseos, cartílago en peces cartilaginosos y huesos en los tetrápodos).

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