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Los juegos panhelénicos

El mayor espectáculo común a todos los griegos eran los Juegos Panhelénicos.

Antes del inicio de los juegos los heraldos proclamaban la tregua sagrada que debía estar en vigor antes, durante y después de los juegos para que se permitiera a atletas y espectadores viajar a Olimpia, celebrar los juegos y volver a su destino con total seguridad. Los heraldos recorrían Grecia de ciudad en ciudad anunciando la fecha de las competiciones y pidiendo el cese de las guerras.

Se llaman Juegos Panhelénicos al conjunto de cuatro festivales deportivos: los Juegos Olímpicos, los Juegos Píticos, los Juegos Nemeos y los Juegos Ístmicos. Los Juegos Olímpicos eran los más importantes y prestigiosos. Se celebraban cada cuatro años en Olimpia, en honor a Zeus; los Juegos Píticos, también cada cuatro años en Delfos, en honor a Apolo; los Juegos Nemeos e Ístmicos cada dos años, en Nemea en honor a Zeus, y en Corinto en honor a Posidón, respectivamente.

Los Juegos se celebraban en ciclos de cuatro años conocidos como Olimpiada, que era una de las medidas de tiempo de Grecia clásica. En este ciclo, los primeros en celebrarse eran los Juegos Olímpicos, en el primer año; durante el segundo año se celebraban los Juegos Nemeos y los Juegos Ístmicos (en meses diferentes); durante el tercer año, los Juegos Píticos. En el cuarto año eran nuevamente celebrados los Juegos Nemeos y los Juegos Ístmicos. Después el ciclo se volvía a repetir comenzando con los Juegos Olímpicos. Así, los Juegos estaban organizados de forma que un atleta pudiese participar en todos ellos.

Los participantes podían proceder de todo el mundo griego, incluyendo las colonias griegas que se extendían desde el Ponto Euxino (mar Negro) hasta Iberia (España).

Los principales espectáculos de cada uno de los juegos eran las carreras de carros, la lucha olímpica, el boxeo, el pancracio, la carrera del estadio y el pentatlón (compuesto por lucha, estadio, salto de longitud, lanzamiento de jabalina y lanzamiento de disco). A excepción de las carreras de carros, en el resto de acontecimientos los participantes iban desnudos. Todas las pruebas se celebraban bajo la mirada vigilante de los helanodicas, jueces encargados de vigilar los juegos, con funciones semejantes a las de los actuales árbitros.

En Olimpia alrededor del recinto sagrado de Zeus se desarrollaba una auténtica feria y había distracciones para todos los gustos, además de los juegos deportivos. Algunos escritores hacían lecturas públicas de sus últimas obras, por ejemplo, Heródoto, Gorgias, Lisias e Isócrates.

La fiesta duraba siete días. El primero se dedicaba a los sacrificios a Zeus, los demás, uno, a las formalidades preparatorias de los juegos, al desarrollo de los juegos, los siguientes, y el séptimo y último había una procesión y un banquete. El heraldo proclamaba los nombres de los vencedores, los olimpionicas, añadiendo el nombre de su padre y el de su patria. El premio era una corona de olivo, pero la fama alcanzaba a su familia y a su ciudad.

Algunos de los vencedores fueron celebrados por los poetas Píndaro y Baquílides en los llamados epinicios, composiciones para los vencedores. La lectura es un ejemplo de epinicio.

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