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3.2.2. Traducción en bacterias

La anterior descripción es válida en líneas generales para bacterias, mitocondrias y cloroplastos, aunque se aprecian diferencias. De entrada, los ribosomas de estas células y orgánulos (70S) son distintos de los que hay en el citoplasma eucariota (80S) y se disponen en polisomas no circulares. Puede también variar algún que otro detalle del código genético. Pero las diferencias más significativas atañen a la activación de aminoácidos y a la iniciación de la traducción:

  • Muchas bacterias se las arreglan con menos de 20 sintetasas del aminoacil-ARNt, lo que significa que una misma enzima puede colocar aminoácidos idénticos en ARNt diferentes, aunque solo uno de ellos posea el anticodón “correcto”; se precisa, pues, una segunda enzima que modifique químicamente el aminoácido “incorrecto” para adecuarlo al ARNt al que se halla unido. Ese proceso afecta a la metionina unida al ARNt iniciador, a la que se añade un grupo formilo (–CHO) que la convierte en formil-metionina (el aminoácido que encabeza las proteínas bacterianas).
  • También difiere el mecanismo para seleccionar el codón de inicio: en lugar de la caperuza eucariota, el ARNm bacteriano tiene un sitio de unión específico para el ribosoma, la secuencia de Shine-Dalgarno, que se ubica unos cuantos nucleótidos por delante del codón AUG y se une al ARNr de la subunidad menor del ribosoma.
  • Por lo tanto, el ribosoma bacteriano podrá ensamblarse directamente a un codón de inicio emplazado en el interior de un ARNm, sin necesidad de recorrer esta molécula desde su extremo 5’. Así, un solo ARNm bacteriano puede incluir varias secuencias que se traduzcan a proteínas diferentes, flanqueada cada una de ellas por sus codones de iniciación y de terminación correspondientes. Este ARNm procederá, pues, de la transcripción conjunta de varios genes localizados uno junto al otro en el cromosoma bacteriano y que comparten un único promotor. Dicha agrupación de genes recibe el nombre de operón, porque opera como una unidad de transcripción, y los ARNm bacterianos se califican de policistrónicos —recuérdese que el cistrón es la unidad genética que cifra un polipéptido—. En cambio, un ARNm eucariota generalmente es monocistrónico, es decir, codifica una sola proteína.

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