Generación espontánea
La generación espontánea (o autogénesis) significa que los organismos vivos pueden aparecer a partir de materia inanimada, generalmente sustancias orgánicas en descomposición, como carne en putrefacción, fangos en áreas pantanosas o restos diversos de otros seres vivos. De este modo, la vida se originaría continuamente en el tiempo.
En general, estas ideas parten de la observación de hechos a priori inexplicables como la pronta aparición de gusanos, larvas, etc. en la materia en descomposición o el casi inmediato surgir de las miríadas de insectos, anfibios, moluscos, crustáceos y otros animales, en charcas formadas durante un chubasco: aparentemente han surgido de la nada. Aunque esta concepción ha sido común a lo largo de la historia, uno de los más famosos defensores de la idea fue nada menos que Aristóteles, autoridad indiscutida durante siglos.
Aristóteles (Estragira 384 a.C. - Calcis 322 a.C.) defendía así esta creencia:
La convicción de que la generación espontánea es un hecho se mantuvo a lo largo de la Edad Media y bien entrada la Moderna. Incluso se llegaba a proponer "recetas" más o menos pintorescas para producir seres vivos, personas incluidas, como las proporcionadas por el gran médico Paracelso (1493-1541) o por Jean-Baptiste Van Helmont (1579-1644), conocido por sus descubrimientos sobre la nutrición de las plantas.
Recetas para crear vida
Lee los siguientes fragmentos de texto relativos a la generación espontánea:
Primera receta
Según Paracelso "para conseguir la fórmula de un ser humano se procede de esta manera: se deja pudrir el semen de un hombre en una retorta durante cuarenta días o hasta que, por fin, comience a vivir, moverse y fijarse. Pasado este tiempo, se parece, hasta cierto punto, a un ser humano; pero todavía es transparente y carece de cuerpo. Después de este tiempo se nutre a diario y se alimenta cautelosa y prudentemente con el "arcano" de la sangre humana, y se mantiene durante cuarenta semanas con el calor continuo e igual de un vientre equino; entonces se convertirá en un niño verdadero y vivo, con todos los miembros de que está provisto el nacido de una mujer, pero mucho más pequeño. Se trata aquí del denominado homúnculo, que después debe criarse con el mayor cuidado y celo, hasta que se desarrolle y comience a desplegar inteligencia... " (en Taylor, J.R. (1964). La ciencia de la vida, El Labor. p. 11).
Segunda receta
Van Helmont, ya en el siglo XVII, propone la manera de obtener ratones así:
"Se llena de trigo un vaso que se cierra con una camisa sucia, preferentemente de mujer. Un fermento procedente de la camisa, transformado por el olor de los granos, cambia en ratones al propio trigo. Esta metamorfosis es por otra parte más de admirar, puesto que los ratones que provienen del trigo y de la camisa no son pequeños, ni están en época de mamar, no son minúsculos, ni malogrados, sino que están muy bien formados y pueden saltar”.
Analiza ambas propuestas y haz una crítica de su validez científica. ¿Se corresponden con las etapas del método científico?
¿Te parece que alguna de ellas pueden ser ciertas? En cualquier caso argumenta a favor o en contra proponiendo cómo comprobar su validez.
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