4.2. Las revoluciones de 1820, 1830 y 1848
La Restauración no podía ser duradera porque los reyes tuvieron que autolimitarse en su soberanía. Se conservaron algunas de las transformaciones de la Revolución como los impuestos universales y la igualdad ante la ley. Además, los campesinos, los comerciantes, los industriales y algunos intelectuales miraron con recelo la recuperación de privilegios y se adscribieron al liberalismo político que acabó por imponerse en Francia, Bélgica, Holanda, Portugal, España, Gran Bretaña, Suiza y Dinamarca después de tres oleadas revolucionarias (1820, 1830 y 1848) en las que se combinaron la aspiraciones liberales con las nacionalistas. |
Fuente: José Antón Hernández Fuente: José Antón Hernández |
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