4.2.3. Las revoluciones democráticas de 1848
La nueva oleada revolucionaria también partió de Francia donde, nuevamente, la subida del precio de los alimentos afectó a campesinos y a obreros, hundió los precios industriales e incidió sobre los empresarios. En la Revolución se introdujeron actitudes y exigencias más radicales, y adquirió rasgos de carácter socialista, democrático y republicano. Los revolucionarios ahora defendían la República porque la consideraban el estado superior de madurez política de una Nación. La masa de indigentes que acudió a París en busca de trabajo y a quienes la burguesía consideraba clases peligrosas, comenzó a adquirir conciencia de sus derechos políticos y pidió sufragio universal masculino y libertad de prensa, además de abogar por la soberanía popular en lugar de la nacional. Luis Felipe de Orléans se exilió y en Francia se proclamó una corta Segunda República (1848-1851) de la que fue su presidente Luis Napoleón, sobrino de Napoleón Bonaparte. El 2 de diciembre de 1851, Luis Napoleón dio un golpe de Estado y proclamó el II Imperio (1851-1870) como Napoleón III. A partir de marzo de 1848 nuevos movimientos revolucionarios estallaron en las principales ciudades europeas (Viena, Berlín, Praga, Milán, Turín y Roma) para reclamar los principios básicos del liberalismo y de la democracia. En algunos lugares, el movimiento tuvo también carácter nacionalista. Las revoluciones de 1848 sólo triunfaron en Francia y Piamonte porque los soberanos absolutistas se apoyaron mutuamente y porque las burguesías revolucionarias no actuaron con decisión por temor a las reacciones del proletariado. |
Discurso de Marx en la Internacional Fuente: http://ficus.pntic.mec.es/amoe0013/FILO-II/contemporanea/SXIX.html |
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