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2.2. La monarquía constitucional. La Asamblea legislativa (1791-1792)

En la Constitución de 1791 se proclamó la Monarquía constitucional parlamentaria, el llamado sufragio censitario (que reducía el censo a los “ciudadanos activos”, el 15% de la población masculina) y la separación de poderes. El poder legislativo quedaría en manos de la Asamblea Nacional y el Rey podría controlar al poder ejecutivo, aunque dando cuenta de su gestión, y conservaría el mando supremo del Ejército y de la Marina.

Sin embargo Luis XVI, muy influenciado por la condena del Papa a la Constitución del clero, pidió ayuda militar al emperador de Austria, hermano de su esposa María Antonieta, e intentó huir allí. Los jacobinos acusaron al rey de colaboración con el enemigo, lo declararon traidor a su patria y lo encarcelaron.

En 1792 Austria amenazó con iniciar hostilidades contra Francia y España invadió la región francesa del Rosellón. Los girondinos entendieron que la guerra sería el medio idóneo para extender la Revolución por Europa; pero los jacobinos advirtieron que no estaba consolidada y podía fracasar. Al final, en abril, Francia entró en guerra contra Austria.

 

Fuente: José Antón Hernández

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