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4.3. El bienio conservador (1933-1935)

Podría parecer que la política reformista de Azaña intentaba arreglarlo casi todo, pero acarreó el descontento de muchos sectores de la población. En 1933 se evidenció la inestabilidad política. En las elecciones de noviembre de 1933 ganó la derecha con la CEDA de Gil Robles, pero el presidente Alcalá Zamora, para no provocar un enfrentamiento con la izquierda, encargó gobierno a Lerroux, del Partido Radical. El nuevo gobierno paralizó muchas reformas y retardó al máximo el proceso autonómico.

Los grupos de izquierda y los sindicatos se radicalizaron ante la actitud antirreformista y beligerante del gobierno de Lerroux y ante la posibilidad de que la CEDA entrase en el gobierno en unos momentos de auge del fascismo en Europa.

Así se llegó a la revolución de octubre de 1934. En Asturias, los mineros anarquistas y socialistas  proclamaron la revolución socialista y tomaron Oviedo y la cuenca minera durante varios días hasta que el Gobierno mandó tropas regulares procedentes de Marruecos, dirigidas por el general Franco, para reprimir la revolución.

En Cataluña, Lluís Companys proclamó el “Estado catalán dentro de la República federal española”. Sin apoyo popular ni de los sindicatos, Companys y su gobierno se rindieron al general Batet al día siguiente. El Estatuto de Autonomía fue suspendido y los miembros del gobierno catalán fueron condenados a treinta años de prisión.

La represión de la revolución que radicalizó las posiciones políticas, que junto con una serie de escándalos llevó a  Lerroux a dimitir a finales de 1935. Alcalá Zamora convocó nuevas elecciones para el 16 de febrero de 1936.

El bienio conservador
Fuente: https://youtu.be/dZgCqf9_bbg