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1.2. La evolución política

En 1899 la reina regente encargó formar gobierno a Francisco Silvela el nuevo líder del Partido Conservador. Este planteó una política reformista dando entrada en el gobierno a políticos regeneracionistas excluidos del régimen hasta entonces.

 En 1902 Alfonso XIII fue proclamado rey y en 1904 el conservador Antonio Maura se convierte en jefe del gobierno e impulsa la llamada revolución desde arriba. Antonio Maura promulgó en 1907 una Ley electoral, la Ley de descanso dominical,  la creación del Instituto Nacional de Previsión de 1908, y la Ley de colonización interior. Pero los sucesos de la Semana Trágica de 1909 provocaron la caída de Maura, que le distanció del Rey durante muchos años.

El otro dirigente más destacado del momento fue el liberal José Canalejas. En 1910 aprobó la Ley del candado. En 1912 se aprobó una nueva Ley de quintas. A Canalejas se debe también el inicio del proyecto de la Ley de Mancomunidades pero el asesinato de Canalejas en 1912 supuso el final del proceso reformista. En 1914 estalló la Primera Guerra Mundial y España se declaró neutral. La guerra generalizada en Europa favoreció el desarrollo de la economía española, y permitió exportar tanto productos industriales como agrarios, a la vez que posibilitó realizar grandes negocios que generaron numerosos beneficios. También se produjo un aumento de los precios debido a la exportación, subida que no se acompañó con la de los salarios.

En estas condiciones, tres grandes problemas ocurridos en estos momentos permiten hablar de la Crisis de 1917.

El primero es el problema social, pues las clases populares irán radicalizando su descontento hasta desembocar en un escenario de conflictividad social.

El segundo problema es de carácter militar, por presiones de las Juntas de Defensa, organizaciones militares, que recogían el descontento de gran parte de la oficialidad del ejército.

El tercer problema es político, y se recrudeció cuando el gobierno del liberal Romanones cerró las Cortes en 1916, ante la acusación de corrupción política.

Dada la situación de crisis global, se llegó a la formación de un gobierno de concentración. El fracaso del proyecto hizo volver al turno dinástico en 1918. Pero los numerosos problemas y dificultades del periodo obligaron a un nuevo intento de gobierno de concentración en 1821 entre los mismos partidos de la vez anterior, a los que se sumó el Partido Reformista.

En este contexto de conflictividad social e inestabilidad política cuajó una gran actividad terrorista conocida como pistolerismo, sobre todo desde 1918, siendo Barcelona el centro del enfrentamiento entre pistoleros anarquistas y los de los Sindicatos Libres, organización que contaba con el apoyo de la patronal y la complicidad de la policía.

También se dieron enfrentamientos violentos en el medio rural, con innumerables huelgas, ocupaciones de tierras y destrucción de cosechas, especialmente en Andalucía durante el llamado trienio bolchevique, entre 1918 y 1921. 

La crisis de 1917
Fuente: https://youtu.be/Gl0WxR9zgag
El pistolerismo en Barcelona
Fuente: https://youtu.be/QT_AyRdi1qE