La tiranía: Pisístrato
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En 561 a. C. un ateniense de la nobleza, Pisístrato, supo ganarse al pueblo realizando obras públicas que contribuyeron a embellecer la ciudad y a dar trabajo a las clases sociales menos favorecidas y reforzando su sentimiento de ciudadanía al elevar a categoría de "nacionales" las fiestas y cultos localistas. Alcanzan así reconocimiento pleno las Panateneas, fiestas en honor de Atenea; las Dionisias, dedicadas a Dioniso; y las Eleusinas, en honor de Deméter. Pero a Pisístrato le sucedieron sus hijos, Hiparco e Hipias, cuyo talento y visión política nada tenían que ver con los del padre. El resultado fue que el primero murió asesinado en 514 a.C. y el segundo fue expulsado en 510 a.C. |
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