La clasificación y nomenclatura de una roca metamórfica es relativamente sencilla y depende del conocimiento disponible acerca de su protolito, es decir, la roca de la que procede. Podemos hallarnos ante las siguientes circunstancias:
1. Se desconoce la naturaleza del protolito
En tal caso, la roca puede clasificarse según los minerales que predominen en ella o según su textura.
[Ver clasificación↓]
Según los minerales predominantes
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Anfibolitas. Están formadas sobre todo por anfíboles y plagioclasas, y se desconoce si su protolito es ígneo o sedimentario.
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Eclogitas. Constan en más de un 70 por ciento de granate y piroxenos; no contienen plagioclasas. Resultan del metamorfismo a elevada presión de rocas gabroicas o basálticas.
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Mármoles. Son rocas compuestas en gran medida por silicatos cálcico-magnésicos o por carbonatos, pero sin que se conozca la proporción relativa de ambos grupos de minerales.
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Según la textura |
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Las pizarras, de grano fino (menos de 0,25 milímetros de diámetro) y fácilmente escindibles en láminas planas, debido a la orientación preferente de la mayoría de sus minerales (foliación).
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Los esquistos, de grano medio (entre 0,25 y 2 milímetros) y, asimismo, fuertemente foliados y divisibles en escamas o placas.
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Los gneises, como los esquistos, pero de grano grueso (por encima de 2 milímetros) y foliación más irregular.
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Algunos ejemplares de rocas metamórficas, todas ellas de Galicia. Izquierda: anfibolita de Punta Caindieira. Centro: esquisto micáceo con abundante contenido en cuarzo (color blanco) de la Playa de Balea-Bizocas. Derecha: gneis "ollo de sapo" de la playa de Bares, con cristales de feldespato que pueden alcanzar los 10 o 12 centímetros.
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2. Se conoce la clase de roca en la que se encuadraba el protolito, pero no se puede determinar éste con precisión
Solo sabemos que el protolito era una roca sedimentaria o ígnea, pero no sabemos cuál. Si se conocen sus minerales predominantes se pueden clasificar según estos –por ejemplo,
cuarcitas (con más de un 80 por ciento de cuarzo) o
rocas metamáficas (con un 35 a un 90 por ciento de
minerales máficos)–; en caso contrario se recurre a la textura, anteponiendo el prefijo
orto- o
para- según el protolito sea de origen ígneo o sedimentario
(ortogneis, paraesquisto…).
3. Se conoce con precisión la naturaleza del protolito
En este caso basta con anteponer el prefijo meta- al nombre de la roca o sedimento que ha experimentado metamorfismo (por ejemplo, metacaliza, metabasalto…).