Hemos visto que los factores principales del metamorfismo son la presión y la temperatura. Estos factores están muy ligados a los procesos derivados de la dinámica terrestre, especialmente los relacionados con los bordes de placas. Los principales tipos de metamorfismo en este contexto son:
1. Metamorfismo de enterramiento o de carga
Se debe exclusivamente a la
presión litostática. Recuérdese que, cuando estudiábamos la diagénesis en el apartado 1, afirmábamos que este proceso –que da lugar a rocas sedimentarias– se debe, en buena medida, al peso de los sedimentos situados por encima de aquél que se está compactando. Realmente, los límites entre la diagénesis y el metamorfismo de enterramiento no están nada claros; por convenio se ha fijado en 3
kilobares la presión mínima que debe experimentar una roca para que se pueda hablar de metamorfismo –por lo tanto, el espesor de los sedimentos ha de ser superior a 10 kilómetros–.
Este tipo de metamorfismo afecta a amplias zonas de la corteza, entre ellas las de subsidencia. En estas condiciones, el grado de metamorfismo es muy bajo, por lo que a menudo la roca metamórfica originada conserva la estructura de la roca primitiva o, en caso de modificarla, no presenta orientación alguna.
En ocasiones, no obstante, el peso de la roca puede generar una presión lo suficientemente grande como para lograr que los minerales se reorienten, adqui- riendo la roca una leve esquistosidad.
2. Dinamometamorfismo
Es el resultado de la deformación que
se produce en las zonas de falla.
Es, pues, un metamorfismo muy localizado, caracterizado por valores intermedios de temperatura y altos de presión, por lo que el metamorfismo ocasionado es de grado bajo. En ocasiones, parte de la roca triturada es transformada por el calor producido por el rozamiento y se puede producir, por lo tanto, una recristalización de minerales. Este último caso es un claro ejemplo de metamorfismo de grado medio y alto.
3. Metamorfismo térmico o de contacto
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Metamorfismo de contacto, producido por la intrusión de granito (roca formada por enfriamiento lento de magma) en diferentes rocas sedimentarias.
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Aquí el factor que actúa es la temperatura, lo que provoca el predominio de la recristalización mineral sobre la deformación. Es un tipo de metamorfismo localizado que
tiene lugar alrededor de masas magmáticas que ascienden entre rocas encajantes de la corteza terrestre y se encuentran a una temperatura mucho menor. El resultado del contacto del magma a altas temperaturas y la roca fría es la aparición de una serie de rocas distintas dispuestas en zonas concéntricas, alrededor del cuerpo magmático. Esta formación se denomina
aureola metamórfica y se caracteriza por la presencia de diferentes
minerales índice (minerales estables a determinada temperatura), formados a temperaturas progresivamente menores conforme nos alejamos del foco térmico. Los minerales de las zonas afectadas pueden experimentar recristalización para adaptarse a las nuevas condiciones, formándose otros minerales.
4. Metamorfismo aloquímico (metasomatismo)
Este metamorfismo podría considerarse como un caso especial de metamorfismo de contacto, puesto que se produce cuando algunas intrusiones magmáticas, sobre todo graníticas, aportan iones como cloruros, fluoruros o sodio y vapores de agua y dióxido de carbono a las rocas de la aureola de contacto. Se provoca entonces un cambio en la composición química de los minerales. Este tipo de metamorfismo aparece en las dorsales oceánicas, orógenos y puntos calientes (en cualquier zona en donde se produzca una actividad magmática importante).
5. Metamorfismo de fondo oceánico
Se produce en las dorsales y afecta a la corteza oceánica recién formada en el eje de la dorsal, aunque sus efectos se reconocen en toda la cuenca oceánica (recuérdese que las dorsales son zonas de expansión de los fondos oceánicos). Esta corteza joven presenta todavía temperaturas muy altas; el agua de mar que circula por sus grietas se calienta y actúa sobre las rocas encajantes, produciendo una recristalización. La salida a la superficie del agua cargada de minerales metálicos origina fuentes termales.
6. Metamorfismo regional
Es un metamorfismo muy complejo, aunque es el más característico y conocido de todos. Se encuentra sobre los continentes (
en relación con la orogénesis) y genera las rocas típicamente metamórficas; en él se produce la acción combinada de la temperatura y la presión, con valores muy variados (entre los 200 y los 700 °C, y de 2 a 10 kbar de presión); en la figura siguiente podemos observar el metamorfismo de las arcillas que dará finalmente origen al gneis, una de las rocas más características del metamorfismo regional.
En este tipo de metamorfismo se produce una gran diversidad de subtipos –algunos de los cuales pueden originar estructuras características de otros tipos de metamorfismo–. Además, las presiones dirigidas que se dan originan una intensa esquistosidad.
 Distintas fases del metamorfismo de la arcilla conforme aumenta la presión y la temperatura.
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 Estilbina, una zeolita. Las zeolitas son un grupo de minerales (tectosilicatos) que tienen como característica principal que desprenden agua cuando se les calienta a temperaturas bajas, dejando intacta la estructura del mineral.
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 Gneis, roca típica del metamorfismo regional. En las bandas oscuras abundan las biotitas, granates, piroxenos y anfíboles. En las claras, el cuarzo y los feldespatos.
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