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Artrópodos

Reproductor masculino de un insecto
Esquema del aparato reproductor de un insecto macho.

Los artrópodos presentan sexos separados, salvo alguna excepción, si bien el hermafroditismo no es raro y la partenogénesis (recordemos que es el desarrollo de un embrión a partir de un gameto femenino sin que se haya producido fecundación) se da en algunos grupos.

Las gónadas están perfectamente formadas y se sitúan generalmente en la parte dorsal del tórax o del abdomen del animal; los conductos genitales acaban en un poro genital, de posición muy variada. Es frecuente la fecundación interna, para lo cual los machos deben introducir los espermatozoides en el interior de la hembra. Por esta razón, desarrollan a menudo evaginaciones (salientes) en el poro genital masculino que forman estructuras pénicas, y a veces incluso modifican algunas extremidades para favorecer la cópula; sus conductos deferentes presentan muy a menudo vesículas seminales. Por su parte, los oviductos de las hembras pueden presentar invaginaciones (entrantes) que actúan como bolsas copuladoras o receptáculos seminales.

Los artrópodos son ovíparos (se reproducen mediante huevos), pero algunas especies de arácnidos nacen directamente de la madre (ovovivíparos). También en este grupo se observa que el comportamiento de cortejo es a menudo muy elaborado y, en muchos casos, se da el cuidado parental, un rasgo poco corriente fuera de los vertebrados.

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