2.3.2. Desarrollo del mendelismo
El “redescubrimiento” de la obra de Mendel en 1900 impulsó a muchos biólogos a “releer” sus investigaciones en el nuevo contexto abierto por la teoría de Weismann, que ya no era el del estudio de las leyes de la hibridación, sino de las leyes de la herencia. El biólogo inglés William Bateson (1861-1926) se convirtió en el principal defensor del mendelismo, enriqueciéndolo con un legado terminológico que incluía vocablos como alelomorfo (hoy abreviado a alelo), homocigoto o heterocigoto, cuyo significado conoceremos más adelante. También introdujo en 1905 el término genética (del griego gennētikós, “que genera”) para designar el estudio de la herencia y la variación.
Otro impulsor del mendelismo fue el botánico danés Wilhelm Ludvig Johannsen (1857-1927), quien rescató el término pangén de De Vries, pero lo abrevió a gen. Los genes serían, por tanto, unidades que determinarían los diferentes caracteres hereditarios. Johannsen observó rasgos que diferían de un individuo a otro aún cuando tenían los mismos genes; esta variación se debería a factores ambientales (por ejemplo, diferencias en la nutrición) y la selección natural no podría actuar sobre ella. Así, había que distinguir entre el conjunto de genes de un organismo, o genotipo, y la totalidad de sus rasgos observables o fenotipo, cuya expresión dependerá del genotipo y del ambiente. Heredamos nuestros genotipos, pero somos nuestros fenotipos.
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