3.3. Las nuevas comunicaciones

La nueva sociedad nacida de la Revolución Industrial exigía una información más rápida y eficaz y pronto se modernizaron o aparecieron otros modos más revolucionarios de transmisión.

El correo, ya utilizado en el siglo anterior, se abarata y unifica su coste con la aparición del sello. En 1850 se establece el servicio de correos. El telégrafo incorpora las nuevas tecnologías y es auténticamente revolucionario. 

Las redes del telégrafo eléctrico aparecen paralelas a las del ferrocarril; posteriormente forman una malla que abarcará a todo el territorio nacional. El teléfono, a fines de siglo, modernizará aún más la comunicación.