3.1. La legislación mercantil y monetaria

Desde los años cuarenta del siglo XIX desaparecieron las últimas aduanas interiores que quedaban en España y se pusieron en marcha políticas librecambistas que impulsaran la producción y la hicieran competitiva. Aun así permaneció el portazgo, o impuesto que debían pagar las mercancías para entrar en las ciudades.

El momento de auge librecambista estuvo en el Bienio Progresista y en el Sexenio Revolucionario. La implantación en los años cuarenta de un Sistema Decimal, y de una Ley de Pesos y Medidas unificados, condujo a que, en 1868, Laureano Figuerola instaurara una moneda única, la peseta, cuya acuñación sería monopolio del Estado.

La Reforma Fiscal, de Alejandro Mon (1845), aunque insuficiente para el Estado y lesiva para el consumidor, estabilizó y modernizó la recaudación de los impuestos. Hasta 1874 el Banco de España no comenzó a emitir en exclusiva papel moneda en referencia a la peseta como nueva moneda unificada. El Código Penal (1848), y posteriormente el Código Civil (1889), regularían y castigarían por igual los delitos contra la economía. La Restauración de Alfonso XII supuso una vuelta al proteccionismo.