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3.2. Los transportes. El ferrocarril

La geografía peninsular hacía difícil el establecimiento de redes y de puntos comerciales.

El mar, a pesar de la longitud de costas, no permite con facilidad establecer puertos, porque nuestra plataforma continental no es profunda, y las costas no son lo suficientemente recortadas como para albergar una instalación portuaria. Los puertos más importantes coincidieron con las zonas industriales y fueron los de Málaga, Barcelona y Bilbao. 

Los ríos son en España generalmente de caudal escaso e irregular, y sus cursos están sometidos a grandes pendientes que imposibilitan la navegación. Solo el Guadalquivir tenía un pequeño tramo navegable.

El transporte por tierra tenía grandes dificultades por la orografía de la Península. También la red radial de carreteras del siglo XVIII, pensada para un Estado centralista, no favorecía a las nuevas regiones industriales y potenciaba exclusivamente al centro. 

Pero fue el ferrocarril el que alcanzó un papel trascendente en estos momentos. Las primeras líneas de ferrocarriles se establecieron entre Barcelona y Mataró (1848) – una posterior fue la de Barcelona-Sabadell – y entre Madrid y Aranjuez (1851). Pero fue la Ley General de Ferrocarriles  la que puso en marcha un proceso complejo de actuaciones que favorecieron el desarrollo del ferrocarril.

Los beneficios derivados del ferrocarril serían muchos, pues además de vertebrar el mercado nacional y comunicar su difícil orografía, debería impulsar la minería autóctona y desarrollar la industria  nacional,  así  como  las  inversiones  de  capital. 

Las deficiencias en su puesta en práctica trajeron algunos inconvenientes. Las materias primas y la tecnología se importaron de Europa, así como gran parte del capital de las sociedades a las que se les dieron las concesiones de explotación.

Al no haber demanda de productos transportables, la rentabilidad de las líneas férreas decayó, y con ella el beneficio de los accionistas y de las instituciones de crédito. La crisis financiera de 1866, que favorecería la llegada del Sexenio Revolucionario, tuvo sus orígenes en este desajuste económico.

Pero no solo no se vertebró el mercado nacional, sino que la utilización de un ancho de vía mayor que el europeo, necesario según la tecnología del momento para arrastrar los vagones en un país más montañoso, dificultó la comunicación con Europa.

La llegada del ferrocarril
Autor: Artehistoria
Fuente: https://youtu.be/sZYnULMY8-U

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