2.1. La agriculturta y la ganadería

 La situación del campo español fue distinta en las dos fases económicas ya citadas. Los condicionantes geográficos no cambian: la calidad de nuestros suelos, la escasez de las precipitaciones y las extremadas temperaturas  y la orografía. Ahora bien, los condicionantes políticos y tecnológicos sí variaron según la etapa que consideremos a partir del amplio periodo iniciado con Isabel II.

 ●   La primera etapa de desarrollo agrícola, que abarcaría hasta los años setenta, fue de retraso agrario porque la gran propiedad se encontraba en manos muertas, la tecnología era escasa, la demanda de productos era escasa y la red de transportes deficiente.

  El establecimiento progresivo de políticas económicas liberales, las sucesivas desamortizaciones,  la desaparición de los privilegios de la Mesta, permitieron un cierto desarrollo agrario. Pero la escasa valoración social del trabajo y la mentalidad tradicional de las clases altas hizo que los grandes propietarios de tierras no invirtieran en ellas para aumentar su rentabilidad.

 ●   La segunda etapa, posterior a los años setenta, consolida el  derecho a la propiedad, que unido a la estabilidad política de la Restauración, permitiría un mayor desarrollo agrario. El cultivo se sigue basando en el cereal, la vid y el olivo.