4.1. La demografía
La población española pasó de 16,6 millones en 1877 a 18,6 en 1900. A pesar del aumento, las tasas de natalidad y de mortalidad se reducían a un ritmo menor al de los países europeos. Aún se mantenía una elevada mortalidad por la persistencia de hambrunas en el campo, epidemias como la de cólera de 1885 y por los efectos de las diversas guerras del periodo. También hay que destacar que la presión demográfica de las zonas rurales, donde había pocas posibilidades de progresar, continuaba generando corrientes migratorias hacia el exterior, sobre todo hacia América, y empezaba a generalizarse el éxodo del campo a las ciudades, sobre todo hacia las ciudades de la periferia mediterránea, Barcelona y Valencia, y también hacia el País Vasco y Madrid. La estructura de la población activa confirmaba que España seguía siendo un país de predominio agrario, porque en 1887 casi las dos terceras partes de la población activa trabajaban en el campo.
|
|
|||||||||
Obra publicada con Licencia Creative Commons Reconocimiento No comercial Compartir igual 4.0