2.2. Los conflictos del período

Con respecto a la política interior se encontró con dos importantes conflictos bélicos que se habían iniciado en la etapa anterior: la Tercera Guerra Carlista y la Guerra de Cuba.

Otro foco de enfrentamientos vino provocado por las revueltas o conflictos de carácter social entre obreros y campesinos de ideologías revolucionarias, en su enfrentamiento con las clases poderosas o con las fuerzas del orden.

La Tercera Guerra Carlista

La Tercera Guerra Carlista había empezado en 1872, en pleno Sexenio. Los ejércitos carlistas se habían hecho con algunas plazas en Cataluña, País Vasco, Valencia, Cuenca y Aragón, terrritorios tradicionales de influencia carlista. Por ello, una de las primeras actuaciones del monarca fue dirigirse hacia el norte para acabar la guerra.

La acción militar acompañada de ofertas de amnistía acabó de desmantelar importantes grupos carlistas, pudiéndose dar por acabada la guerra en marzo de 1876. Una ley de 1876 suprimió los tradicionales fueros, aunque mantuvo unos conciertos económicos entre el Estado y las tres provincias vascas y Navarra.

La guerra en las colonias

En 1868, con el “Grito de Yara”, había empezado la guerra de independencia cubana. En acuerdo llamado la Paz de Zanjón, el 10 de febrero de 1878, se les concedían a los cubanos los mismos derechos que a los españoles.

El retraso e incumplimiento de las reformas prometidas originaron en 1879 otro enfrentamiento, la “Guerra Chiquita”, que dio paso a una insurrección posterior más generalizada con el “Grito de Baire” proclamado en 1895, no consiguieron controlar la rebelión quedando latente el conflicto.