3.2. El surgimiento de los nacionalismos
La expansión del Romanticismo durante la primera mitad del siglo XIX es la base sobre la que se originaron la mayoría de los movimientos nacionalistas en Europa. En España el proceso fue parecido: primero se produce una etapa cultural de afirmación de los aspectos diferenciales (lengua propia, cultura, historia, tradiciones, etc.) y, en las últimas décadas del siglo XIX, se llega a una etapa política en la que se exige una cierta autonomía al Estado central. El catalanismo se manifestó como un movimiento cultural que pretendía la recuperación de la lengua catalana en el ámbito literario y cultural, y de la historia. Fue Valentí Almirall el inspirador de la presentación al rey del “Memorial de Greuges” (Memorial de Agravios) en 1885, una de las primeras reivindicaciones autonomistas. En 1887 se fundó otro partido, la Lliga de Catalunya y, en 1891 se creó la Unió Catalanista. Su primera gran manifestación se produjo en marzo de 1892 con el escrito de las Bases de Manresa, primera teorización de un proyecto de autonomía política. El empuje definitivo se dio después de la crisis de 1898 cuando la burguesía catalana, desengañada de su apuesta regeneracionista desde dentro del régimen, como fue el proyecto del general Polavieja, se apunta al catalanismo. Los orígenes del nacionalismo vasco se pueden situar en la reacción de algunos sectores de la sociedad vasca contra la pérdida de los fueros tras la derrota del carlismo y contra los cambios sociales y culturales que provocan la industrialización y la consiguiente inmigración masiva de otras regiones españolas. Enstos son los principios sobre los que Sabino Arana formuló el primer nacionalismo vasco desde una perspectiva antiliberal, católica, tradicionalista e independentista, que evolucionará hacia al final de su vida hacia posturas autonomistas. Aunque más minoritario, el galleguismo se desarrolla también durante el siglo XIX, destacando la figura de Rosalía de Castro, Manuel Murguía. Sin alcanzar un desarrollo tan notable como en los casos catalán, vasco y gallego, en otras regiones también se desarrollaron movimientos de recuperación cultural. En Valencia encontramos el movimiento de la Renaixença de recuperación de la lengua y de la cultura El aragonesismo tuvo sus primeros orígenes en la defensa del derecho civil y la recuperación del patrimonio cultural, al tiempo que se mitificaban los orígenes medievales del reino. |
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