4.2. Reformas jurídicas y fiscales

La administración de justicia siguió en manos de las Audiencias, pero el derecho público se basó en el cuerpo legislativo castellano. La lengua oficial de la Administración fue el castellano.  Las provincias vascas y Navarra conservaron sus fueros gracias a la fidelidad que demostraron a Felipe V en la Guerra de Sucesión.

Por su parte, las reformas fiscales tienen la doble función de racionalizar la administración de la economía, aumentar los recursos regios y unificar la contribución para todos los españoles. Los secretarios y los intendentes agilizarían y controlarían la fiscalidad. Solo las provincias vascas y Navarra mantuvieron su autonomía fiscal.