1.1. La teoría microbiana de las enfermedades infecciosas
Ya en el siglo XIX era incuestionable que la mayoría de las enfermedades infecciosas se transmitían por contagio de un individuo a otro, y no por miasmas. En sus estudios sobre la fermentación, Louis Pasteur (1822- 1895) comprobó que los microorganismos originaban ciertas enfermedades. Sin embargo, fueron los trabajos del médico alemán Robert Koch (1843-1910) los que proporcionaron evidencias importantes sobre la presencia de microorganismos en el origen de las enfermedades infecciosas.
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Micrografía electrónica de barrido de un leucocito neutrófilo (amarillo) fagocitando células de Bacillus anthracis (naranja), la bacteria responsable del carbunco (Fuente: http://www.plospathogens.org). |
En su trabajo inicial, publicado en 1876, Koch estudió el carbunco, una enfermedad del ganado que a veces afecta al ser humano, y encontró en la sangre de los animales enfermos grandes cantidades de la bacteria Bacillus anthracis. Ahora bien, eso no demostraba que la bacteria fuera la causa de la enfermedad; podría perfectamente ser un efecto de la misma. Por esta razón, Koch aisló la bacteria a partir de un animal enfermo y la cultivó en caldos nutritivos para, posteriormente, inocularla en un animal sano que, tras la inoculación, desarrolló la enfermedad.
Basándose en este y otros experimentos Koch formuló los siguientes criterios, hoy llamados postulados de Koch, para probar que un microorganismo es un agente patógeno (es decir, que produce una enfermedad):
- El organismo debe estar siempre presente en los animales que sufran la enfermedad y ausente en los individuos sanos.
- El organismo debe poder aislarse del cuerpo del animal y cultivarse fuera de este.
- Cuando se inoculan los microorganismos desarrollados en el cultivo a un animal sano, deben iniciar en él los síntomas característicos de la enfermedad.
- El microorganismo debe poder aislarse nuevamente de estos animales experimentales y cultivarse una vez más en el laboratorio, tras lo cual ha de mostrar las mismas propiedades que el microorganismo original.
Los postulados de Koch permitieron concluir que cada enfermedad infecciosa concreta está causada por un tipo específico de microorganismo (teoría microbiana de la enfermedad). A partir de ellos, otros investigadores como Pasteur descubrieron la naturaleza y los ciclos infectivos de los agentes que causaban importantes enfermedades humanas y de otros animales, como la malaria, la rabia o la peste vacuna africana, desarrollaron tratamientos para la prevención y curación de numerosas enfermedades (vacunas y antibióticos, respectivamente) y aclararon importantes aspectos sobre la estructura y el funcionamiento de las células susceptibles y de los microorganismos.
Los microorganismos patógenos pueden invadir un organismo y multiplicarse en él (proceso conocido como infección), alterando su normal funcionamiento y provocando una enfermedad que puede comprometer la supervivencia del huésped. Además, algunos microorganismos generan sustancias dañinas llamadas toxinas, que se pueden diferenciar en:
Exotoxinas. Proteínas solubles, producidas y secretadas al medio extracelular por bacterias; un ejemplo son las enterotoxinas, que actúan sobre el intestino delgado provocando vómitos y diarrea.
Endotoxinas. Por regla general son lipopolisacáridos de la pared celular de las bacterias Gram negativas, liberados al medio cuando estas son destruidas.
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