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Absorción

Una vez ha concluido la digestión, el alimento ya ha sido hidrolizado hasta reducirlo a moléculas lo suficientemente pequeñas como para poder atravesar las membranas celulares del epitelio intestinal y ser transportados y asimilados por las células.

Entre estos nutrientes podemos distinguir:

Agua, sales minerales y vitaminas, que no han sufrido transformación durante el proceso digestivo.

Azúcares simples (monosacáridos), que proceden de la hidrólisis de los glúcidos.

Aminoácidos, que derivan de la fragmentación de las proteínas.

Ácidos grasos y monoglicéridos, que resultan de la descomposición de los lípidos.

Estos nutrientes han de absorberse en la mucosa intestinal –y, en muchos animales, en las células internas de ciertas glándulas, como el hepatopáncreas–, tarea cuya eficacia se ve incrementada gracias a la presencia de estructuras destinadas a amplíar la superficie de absorción (véase la ilustración más abajo). En los vertebrados podemos encontrar varios niveles de estas estructuras:

― En primer lugar el intestino delgado es un tubo de cierta longitud, lo que está relacionado también con el tipo de alimento. Entre los vertebrados, los carnívoros tienen el intestino considerablemente más corto y sencillo que los herbívoros, denotando el menor tiempo requerido para digerir la carne respecto a la digestión de los vegetales.

― La pared del intestino presenta una serie de pliegues transversales o válvulas conniventes.

― La mucosa intestinal forma millones de prolongaciones en forma de dedo denominadas vellosidades intestinales. Cada vellosidad está recorrida por una red de capilares sanguíneos y unos conductos linfáticos, los denominados vasos quilíferos

― Además, cada una de estas vellosidades está formada por células con un borde en cepillo, que supone varios centenares de microvellosidades, lo que aumenta aún más la superficie de absorción (en la especie humana se calcula que la superficie total de absorción es de unos 100 m2).

Intestino delgado

Habitualmente, en la parte anterior del intestino (correspondiente al intestino delgado de los vertebrados) se absorben los nutrientes orgánicos; en la parte posterior (intestino grueso de los vertebrados), el agua y los iones inorgánicos.

Algunos insectos que viven en lugares muy secos tienen unas almohadillas rectales formadas por células epiteliales, que reducen al mínimo la cantidad de agua en las heces.

Tras ser absorbidos, los nutrientes pasan a la sangre o a la hemolinfa, que habitualmente las distribuye de forma directa por todas las células del organismo.

Aspecto de un quilomicrón
Estructura de un quilomicrón.
ApoA, ApoB,... Apoliproteínas
C: colesterol
T: triacilglicéridos
Verde: fosfolípidos

By Xvazquez (Own work)
[GFDL, CC-BY-SA-3.0 or FAL]
via Wikimedia Commons

En los vertebrados, en cambio, la mayoría de los nutrientes no van a las células directamente, sino que antes son transportados por la sangre hasta el hígado, que se encarga de almacenarlos, interconvertirlos entre sí y distribuirlos según necesidades.En estos animales, las grasas siguen una ruta especial: tras su digestión intestinal son reconstituidas a triglicéridos, a partir de los ácidos grasos y la glicerina, en las células de la mucosa intestinal y envueltas en proteínas y colesterol para formar los quilomicrones, que penetran en los vasos quilíferos, que los llevan a otros vasos linfáticos y, finalmente, desembocan en la corriente sanguínea.

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