4.1. La Segunda Revolución Industrial
En Europa, en la década de 1870: ● Aparecieron dos poderosos estados (Alemania e Italia) que alteraron el equilibrio europeo alcanzado en 1815. ● Comenzaron a notarse los síntomas de una crisis económica. ● Los estados europeos se lanzaron a la aventura colonial y al dominio del mundo. En esta situación empiezan a darse los cambios que conocemos como Segunda Revolución Industrial. Veamos sus características. Nuevos mercados. Los países industrializados, para evitar el encarecimiento de sus materias primas y para vender aquellos excedentes de producción que su mercado interior no podía absorber, utilizaron por vez primera el mercado mundial que les ofrecían sus enormes imperios coloniales. Nuevas comunicaciones. Para llegar con rapidez a los nuevos mercados las comunicaciones tuvieron que mejorar, lo que pudieron hacer gracias al empleo de los nuevos materiales industriales, tales como el hormigón armado, el hierro, el vidrio y las cerámicas. Avances tecnológicos. Se descubrieron nuevos métodos de fundición en los altos hornos y se mejoró y abarató la producción del acero. Fue el triunfo de la siderurgia y de los grandes complejos industriales. La invención del teléfono, del telégrafo y de la radio, etc. permitieron nuevas formas de comunicación. Variedad de fuentes de energía y de materias primas. La electricidad vino a sustituir al carbón como fuente de energía y el motor eléctrico comenzó a reemplazar a la máquina de vapor. Después vendría el petróleo con sus aplicaciones infinitas en el campo de la energía y de la industria. El cambio de materias primas y fuentes de energía provocó una diferente localización industrial. Nuevas industrias. Entre las que destaca la química, la medicina, y la agricultura. Todo ello provocó un aumento de población, lo que permitió la ocupación y colonización de nuevos territorios. Nuevas formas de financiación. El comercio mundial, regido todavía por las leyes del patrón oro, necesitó ingente cantidad de metales nobles para poder hacer frente a la emisión de papel-moneda. Las nuevas y más caras necesidades técnicas hacían inviable que un particular pudiera aportar el capital necesario para una industria y para los servicios secundarios de investigación, marketing y postventa que exigía. Por eso hubo que recurrir a otras fuentes de financiación como los Bancos, las Sociedades Anónimas y los propios Estados (capitalismo financiero). |
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