5. Desarrollo económico y cambios sociales

Durante la etapa democrática se ha consolidado la estructura económica que ha permitido alcanzar el nivel de un Estado del bienestar parecido a los países industriales desarrollados.

Podemos diferenciar cuatro fases

●   Entre 1975 y 1985 se vivió una grave crisis económica provocada por los efectos de la crisis del petróleo de 1973. Se pasó de una fase de niveles de crecimiento muy altos en la década de los sesenta e inicios de los setenta a una fase de estancamiento a partir de 1974. Con los Pactos de la Moncloa se tomaron las primeras medidas para una cierta recuperación. Tras un nuevo período de estancamiento en 1979 la situación empezó a cambiar con el primer gobierno socialista cuando se tomaron determinadas medidas como la reconversión industrial. Se crearon las Zonas de Urgente Reindustrialización para compensar los efectos de la reconversión.

●   Entre 1986 y 1993 encontramos una fase de crecimiento, en gran medida gracias a las inversiones extranjeras. En contrapartida, subió la inflación y el gasto público. En esta etapa, el ingreso en la CEE supuso un gran aumento de las exportaciones, pero también de las importaciones.

●  Entre 1992 y 1997 se produce una fase de estancamiento. Fueron los efectos de la crisis mundial de 1990-91, en parte consecuencia de la Guerra del Golfo, que llegó a España a finales de 1992.  A partir de 1996 aparecen síntomas de mejoría con reducción del paro, aumento del consumo y disminución de la inflación.

●   Entre 1998 y 2008 se desarrolla una etapa de crecimiento de la economía mundial coincidente con la entrada del euro. La disminución de los tipos de interés favoreció la inversión y el consumo y la creación de dos millones de puestos de trabajo.

A pesar del considerable crecimiento, la economía española mantiene unos problemas estructurales importantes: niveles altos de paro, excesiva importación de energías y de productos industriales que genera un gran déficit exterior, a los que hay que añadir la existencia de un notable atraso técnológico y una baja productividad. Por otra parte, el crecimiento económico se basa en el sector de la construcción, que trae consigo un bum inmobiliario que se ha producido gracias a la liberalización de los usos del suelo de finales de los 90, a los bajos intereses de los créditos bancarios, a la abundancia de préstamos hipotecarios y a la gran demanda de viviendas.

En el año 2008 comenzó la crisis financiera mundial debido a los excesos especulativos. Las “hipotecas basura” de los Estados Unidos provocaron la caída de las bolsas de todo el mundo, lo que ha implicado una disminución de préstamos y una disminución del consumo.

Demografía y cambio social

En el plano de la demografía, en 2010 España tiene 46.951.532 habitantes. Es el cuarto país más poblado de la Unión Europea pero la densidad es menor que la de muchos países europeos. Durante los años de la Transición se produjo un cambio radical en los indicadores demográficos. La tasa de natalidad inició un descenso hasta llegar a ser una de las más bajas del mundo. La mortalidad en cambio había experimentado un ligero crecimiento debido al progresivo envejecimiento de la población.

España ha dejado de ser un país de emigrantes para convertirse en un país receptor de emigrantes. La inmigración a gran escala comenzó a mitad de los años noventa.

La expansión económica supuso el aumento de la población ocupada hasta el año 2008.  Ese crecimiento fue debido en gran parte a la incorporación de la mujer al mercado laboral y al descenso del paro.

También se ha producido un cambio en la estructura de la población activa donde ahora predominan los sectores secundario y terciario, en especial este último.

Al lado de cambios sociales y económicos también se han producido enormes cambios de mentalidades y costumbres. La familia tradicional, en buena medida, ha desaparecido dando paso a modelos familiares alternativos (monoparental, pareja de hecho, pareja homosexual, etc.).

El sistema educativo ha cambiado. El cambio más notorio ha sido la generalización de la escolarización obligatoria hasta los 16 años. También la sociedad se ha hecho mucho más laica y diversos actos de la vida social se han secularizado.