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Introducción

Estudiamos en esta unidad el periodo histórico que transcurre desde el reinado de los
Reyes Católicos, hasta la muerte de su biznieto, Felipe II, que históricamente corresponde
al nacimiento y a la consolidación de España como nación, aunque este concepto no
coincida exactamente con el actual.

Si bien los Reyes Católicos son los que aspiran a unificar los reinos peninsulares y los que imponen su autoridad sobre sus súbditos, es Felipe II quien comprende la idea del Estado nacional que está naciendo en Europa. Por ello el rey busca un lugar donde establecer la capital y lo hace en Madrid, una ciudad entonces irrelevante pero también apartada de toda autoridad, política o religiosa, que pudiera hacer sombra al poder real. Ese hubiera sido el caso de Toledo, capital desde la época visigoda, donde su padre había puesto la sede del Imperio.

De otro lado, la idea que tiene Felipe II de la monarquía universal –heredada de su padre– requería de formas y de simbología distintas a las de la monarquía tradicional. Ahora el monarca debe vivir alejado de la corte y del pueblo para que su figura gane en solemnidad. Y su palacio debe carecer de referencias locales para convertirse así en un símbolo universal. El Escorial, con su frialdad arquitectónica, cumple tales requisitos y constituye, a la vez, un centro religioso, un núcleo cultural, y el panteón real de una nueva dinastía con espíritu universalista.

El monasterio del Escorial
Fuente: https://es.wikipedia.org/wiki/Monasterio_de_El_Escorial#/media/File:Vista_aerea_del_Monasterio_de_El_Escorial.jpg

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