2.2. La Edad de los Metales
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Una serie de culturas ligadas al Neolítico, que introducen el metal como materia prima para fabricar sus utensilios, llega a la Península desde el III milenio a.C. Estas técnicas de fundición vienen por mar, una vez más desde Oriente Próximo, y se desarrollan en la Península debido a la riqueza de sus minas, en especial de cobre y de estaño –este último más raro, e imprescindible para fabricar el bronce–. Además experimentarían otros cambios: jerarquización de sus sociedades, fortificación de sus poblados y manifestaciones culturales propias. A continuación destacamos cronológicamente sus etapas más importantes: ● Edad del Cobre (3000–2000 a.C.). Se corresponde cronológicamente con la expansión de la cultura megalítica por las costas mediterráneas occidentales y atlánticas. Sus ejemplos más relevantes son: el dolmen, el menhir, el alineamiento y el cromlech. Las dos culturas peninsulares de la Edad del Cobre son: ○ Los Millares (Almería). Se extiende desde Murcia hasta Lisboa. ○ El vaso campaniforme. Se caracteriza por fabricar un recipiente de cerámica con forma de campana invertida, decorado con incisiones geométricas en forma de dientes de sierra y rellenas con pasta blanca. ● Edad del Bronce (2300–1200 a.C.). El descubrimiento de la aleación del cobre y del estaño, que permite crear utensilios más duros y variados, da un nuevo impulso a las civilizaciones del metal. Su origen parece estar, de nuevo, en el Oriente Próximo, y nos llega por el norte del Mediterráneo. Las culturas representativas de este periodo en el ámbito mediterráneo son: ○ Las Motillas. Es la más primitiva, se encuentra en el interior peninsular (gran parte de Castilla–La Mancha) y ofrece todos los rasgos propios del Bronce. ○ El Argar (Almeria) (1700–1200 a.C.). Se extiende por las costas de Murcia y del sureste andaluz. Es el llamado Bronce pleno. ○ El Bronce balear (finales del segundo milenio–mediados del primer milenio). Se da en Mallorca y Menorca y es una etapa caracterizada por tres monumentos singulares. En Menorca encontramos las navetas y las taulas. En Mallorca y en Menorca, los talayots. ● La cultura de los castros, situada en Galicia, se caracteriza por poblados fortificados y casas circulares. ● Las culturas de ámbito indoeuropeo que empiezan a introducirse por los Pirineos procedentes del centro de Europa permiten distinguir dos en el tiempo: las llamadas de los campos de túmulos, que entran por el Pirineo occidental y se extienden por la submeseta norte, y las de los campos de urnas, que lo hacen por el Pirineo central y oriental y llegan hasta el valle del Ebro. |
 Reconstrucción de lo que debió ser el castro de Coaña, realizada por Antonio García y BellidoFuente: http://web.educastur.princast.es/proyectos/formadultos/unidades/prehistoricas/ud4/4_7.htm |
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Autor: Miguel Ángel González Uceta