2.5. Transporte a través de células epiteliales
Las células que tapizan la mucosa intestinal, las paredes del estómago o los túbulos renales presentan algunas peculiaridades en lo referente al transporte. Estas células forman un tejido conocido como epitelio y se hallan polarizadas, esto es, uno de sus lados tiene estructuras y funciones diferentes de las del lado opuesto. Así, en las células epiteliales del intestino es posible distinguir claramente:
- Una superficie apical orientada a la luz intestinal, especializada en la absorción de nutrientes. Presenta unos repliegues o microvellosidades que se forman a partir de filamentos del citoesqueleto y sirven para aumentar la superficie de absorción sin incrementar el volumen total de la célula:
Vellosidades y microvellosidades del epitelio intestinal (fuentes: http://remf.dartmouth.edu/imagesindex.html y ASH). - Una superficie basolateral, formada por las zonas basal y lateral de la membrana plasmática, que media el transporte de nutrientes desde la célula hacia la sangre.
La polarización celular es necesaria para que el transporte, tanto transmembranal como vesicular, ocurra según una dirección única:
- Transporte transmembranal
Por ejemplo, en la superficie apical del epitelio intestinal está el simportador de Na+/glucosa, que importa glucosa desde la luz intestinal hasta el citoplasma en contra de su gradiente de concentración, acoplada a la entrada energéticamente favorable de Na+. En la membrana basolateral, en cambio, se ubica una permeasa que exporta glucosa desde la célula hasta el líquido circulante a favor de gradiente, así como la bomba de Na+/K+, que expulsa todo el Na+ que ha entrado. El resultado neto es la transferencia selectiva de glucosa y Na+ a través de las células del epitelio; y se lleva a cabo porque las proteínas específicas de cada etapa se concentran en lugares distintos de la membrana plasmática.
- Transporte vesicular
A menudo, la endocitosis en una de las superficies de las células epiteliales va seguida de la exocitosis en el lado opuesto. Este proceso recibe el nombre de diacitosis (del griego día, “a través de”) o transcitosis y permite, por ejemplo, que los anticuerpos de la leche materna atraviesen el epitelio intestinal de un bebé y se distribuyan por su torrente sanguíneo: tras ser captados por receptores en la superficie apical, englobados en vesículas revestidas y transferidos a endosomas se desplazan, en lugar de a un lisosoma, a un compartimento llamado endosoma de reciclaje; desde el mismo, se dirigen en vesículas de exocitosis hacia la superficie basolateral.
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