1.3.2. Estructura tridimensional y actividad biológica
La función de una proteína depende críticamente de un correcto plegamiento, y éste, a su vez, es consecuencia de la secuencia de aminoácidos (estructura primaria). Así pues, el cambio de un aminoácido por otro puede significar un plegamiento diferente, al alterarse alguno de los enlaces y, en consecuencia, una alteración de la estructura biológicamente activa.
El proceso de plegamiento está favorecido termodinámicamente, ya que la cadena polipeptídica tiende a buscar la conformación más estable y de menor energía libre. Sin embargo, rara vez una proteína se pliega espontáneamente de forma correcta; en muchos casos se requiere la asistencia de proteínas especializadas, las chaperonas, que facilitan al polipéptido un microentorno en el que pueda tener lugar el plegamiento. Se ha observado que en algunas patologías degenerativas del sistema nervioso como la enfermedad de Alzheimer o las encefalopatías espongiformes, y en otras como la fibrosis cística, se producen plegamientos erróneos en ciertas proteínas.
Estructura de las proteínas
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