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El método cladístico

Propuesto en 1950 por Henning (1913-1976) busca una forma objetiva de establecer los taxones basándose únicamente en caracteres que denoten el parentesco entre ellos por estar presentes en el antecesor común del grupo. Este antecesor y todos sus descendientes constituye una rama o clado. Un grupo descendiente de una especie ancestral se dice que es monofilético. Lo contrario sería un grupo polifilético, es decir formado por descendientes de diferentes líneas ancestrales.

La cladística (del griego klados, “rama”) parte de la suposición de que surgen nuevos tipos de organismos solo cuando una población o especie ya existente se divide exactamente en dos (bifurcación).

En ambas especies aparecen una serie de rasgos que podemos diferenciar en:

  • Rasgos simplesiomórficos. Ambos linajes seguirán compartiendo muchos rasgos que evidencian su origen común y que se conocen en la jerga cladística como simplesiomórficos. Por ejemplo, los mamíferos y las aves se asemejan entre sí por poseer una columna vertebral, rasgo que ya estaba presente en el ancestro que dio origen a todos los vertebrados y que, por lo tanto, es simplesiomórfico para estos animales.

  • Rasgos derivados. Las dos estirpes cambiarán a lo largo del tiempo, independientemente la una de la otra, de manera que cada una de ellas presentará con el tiempo nuevos rasgos diferenciadores o derivados.

  • Rasgos sinapomórficos. Los rasgos derivados que aparecen en un linaje podrán compartirse por todos los grupos que procedan de él por sucesivas ramificaciones; serán, entonces, rasgos compartidos-derivados, o sinapomórficos. Así, el pelo aparece solo en el ancestro común más reciente de los mamíferos, y es un carácter sinapomórfico de dichos animales.

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