Clasificación de Cavalier-Smith
Una posición ecléctica, más sencilla y que en la actualidad está ganando una creciente aceptación, es la representada por el sistema de seis reinos de Cavalier-Smith. Este investigador agrupa a todos los procariotas en un solo reino (bacterias, con dos subreinos). A los eucariotas los divide en cinco reinos:
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Reino de los animales, que apenas experimenta cambios con respecto a otros sistemas de clasificación.
No obstante, además de los animales tradicionales incluye a un grupo de parásitos productores de esporas (los mixosporidios), clasificados por Margulis entre los protoctistas por ser unicelulares; los mixosporidios poseen estructuras muy parecidas a los cnidoblastos de los pólipos y medusas –células que segregan una sustancia urticante utilizada para la defensa y para la captura de las presas–, y su carácter unicelular se debería a pérdida secundaria de la pluricelularidad –es decir, lo presentaron en su momento pero a lo largo de la evolución desapareció este rasgo–.
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Reino de los hongos. De forma parecida al anterior, también incluye un grupo de parásitos, los microsporidios clasificados por Margulis entre los protoctistas por su supuesto carácter ancestral (carecen de mitocondrias, pero muchos datos indican que ello se debe a una pérdida secundaria).
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Reino de las plantas. En el sistema de Cavalier-Smith este reino se ha expandido para incluir a las algas rojas (además de las ya tradicionales algas verdes), ambas clasificadas por Margulis entre los protoctistas. Esta decisión obedece a que, como se ha mencionado, la fotosíntesis parece haberse adquirido una sola vez en el grupo, por incorporación de una cianobacteria al citoplasma del ancestro común a todos ellos. El almidón producido en la fotosíntesis es su principal sustancia de reserva, al igual que el resto de las plantas y a diferencia de otros grupos de algas.
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Reino de los protozoos. Cavalier-Smith recupera este viejo nombre para reunir a buena parte de los organismos unicelulares o multicelulares que o poseen tejidos verdaderos; se incluyen también aquí a los euglenozoos, distinguidos por ser unicelulares o, a lo sumo, coloniales, carecer primariamente de cloroplastos –aunque algunos hayan podido adquirirlos secundariamente por endosimbiosis con un alga verde, como es el caso de Euglena– y alimentarse mediante fagocitosis.
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Reino de los cromistas. Este nuevo reino abarca desde organismos unicelulares, como las diatomeas, hasta pluricelulares como las algas pardas (los Estramenopilos de la clasificación de Margulis, véase más adelante). Posiblemente sean un grupo monofilético formado por organismos anteriormente clasificados entre las algas, los hongos y los protozoos. Se caracterizan por poseer cloroplastos rodeados de más de dos membranas –adquiridos por endosimbiosis con algas rojas– además tienen un tipo de clorofila y pigmentos que no se encuentran en las plantas. Como producto de reserva, usan un polímero de glucosa llamado laminarina en lugar del almidón.
Los cromistas comprenden muchos grupos de organismos fotosintetizadores a los que informalmente se ha llamado “algas” (por ejemplo, los feófitos o algas pardas), así como otros grupos, tradicionalmente situados entre los hongos, que al parecer han perdido secundariamente la capacidad de fotosintetizar.
Los esqueletos de algunos tipos de cromistas fósiles se depositaron en el suelo de lagos y océanos, donde llegan a convertirse en depósitos de sílice o carbonato de calcio. Estos depósitos son útiles para interpretar el clima arcaico y en la búsqueda de petróleo.
A pesar de su importante aceptación por la comunidad científica, la propuesta de Cavalier-Smith no ha logrado desbancar a la clasificación de cinco reinos de Whittaker, con las modificaciones de Margulis y la consideración de dos dominios; esta última es la clasificación que mayor difusión ha alcanzado hasta la fecha y es la que seguiremos en estas páginas.
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