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Ciclo de Argos, Tirinte y Micenas

Ovidio en sus Metamorfosis nos cuenta la fundación del reino de Argos. Io, hija del dios fluvial Ínaco, fue amada por Zeus. Hera, celosa de esta relación, la convirtió en vaca y la dejó cerca de Micenas bajo la vigilancia de Argos, ser dotado de múltiples ojos de los que solo dormían la mitad. Zeus encargó a Hermes la liberación de su amada, para ello mató a Argos disparándole desde lejos una pedrada o sumiéndolo en un sueño mágico. Io, aguijoneada por un tábano, enviado por Hera, recorrió muchas tierras hasta que Zeus le devolvió la forma humana en Egipto y de ella nació Épafo, antepasado de Dánao, de Egipto y de Cadmo, el fundador del ciclo tebano.

Dánao, rey de Libia, emigró a Argos con sus cincuenta hijas, las Danaides, huyendo estas del matrimonio con sus primos los hijos de Egipto, pero estos las siguieron hasta Argos y se casaron con ellas. Las Danaides por mandato de su padre mataron a sus maridos, menos Hipermnestra que no ejecutó la orden de su padre porque su esposo Linceo la respetó la noche de bodas. Dánao confirmó la unión de Linceo e Hipermnestra e instituyó juegos cuyo premio eran sus hijas. Así se casaron con jóvenes de Argos y dieron origen a los dánaos. Esquilo trató este mito en la trilogía las Danaides (formada por las tragedias Suplicantes que se conserva, Egipcios y Danaides, perdidas, y el drama satírico Amimone, también perdido). Linceo fue rey de Argos y le sucedió en el trono su hijo Abante. Los hijos de este, Acrisio y Preto, lucharon entre ellos y al final resolvieron reinar Acrisio en Argos y Preto en Tirinte, para él los cíclopes construyeron las murallas de esta ciudad.

A Acrisio el oráculo le predijo que sería muerto por su nieto, por lo que encerró a su hija, Dánae, en una cámara subterránea de bronce. Pero Zeus llegó hasta ella en forma de lluvia de oro y la hizo madre de Perseo. Acrisio metió a Dánae y a su hijo Perseo en un cofre y los echó al mar. El cofre arribó a la playa de la isla de Sérifos. Allí creció el joven Perseo. Invitado por el rey de Sérifos a un banquete, se le preguntó qué regalo haría al señor de la isla y él respondió que si era preciso traería la cabeza de Medusa. El rey, enamorado de Dánae y deseoso de alejar a Perseo de su madre, le tomó la palabra y él fue en busca de la Medusa. Protegido por Hermes y Atenea logró cortarle la cabeza y la metió en su zurrón. Perseguido por las hermanas de Medusa, Esteno y Euríalo, se libró de ellas gracias al casco de Hades que le hacía invisible. En el camino de vuelta en Etiopía, liberó a Andrómeda que estaba atada para ser sacrificada a un monstruo marino. Se enamoró de la joven y le dijo a su padre que liberaría a la doncella si se la concedía en matrimonio, Cefeo el padre de Andrómeda consintió en la boda.

Deseoso Perseo de conocer a su abuelo acudió a Argos con su madre y su esposa Andrómeda, pero su abuelo partió hacia Larisa (en Tesalia) para evitar que se cumpliera el oráculo. Perseo acudió a Larisa a competir en unos juegos y en el momento en que lanzó el disco, un viento huracanado lo desvió e impactó en la cabeza de Acrisio matándolo. No se atrevió a ir a Argos a reclamar el trono del rey que acababa de matar y se dirigió a Tirinte. Allí reinaba su primo Megapentes, hijo de Preto, este pasó a reinar en Argos y Perseo en Tirinte. Fundó y fortificó Midea y Micenas.

 Los descendientes de Tántalo

Tántalo fue un hijo de Zeus y de Pluto. Era rey de Frigia o Lidia. Se cuenta que robó de la mesa de Zeus néctar y ambrosía y los dio a sus propios súbditos, revelándoles los secretos de los dioses o que divulgó secretos que los dioses habían comentado en su presencia o que incluso dio a comer a los dioses a su hijo Pélope en un banquete para poner a prueba su omnisciencia, pero todos menos Deméter, que devoró un hombro antes de darse cuenta, descubrieron el engaño. Los dioses reconstruyeron el cuerpo de Pélope y le devolvieron la vida. El hombro que se había comido Deméter fue suplido con una prótesis de marfil. Es famoso por el castigo que recibió de Zeus. Fue arrojado al Tártaro y condenado a sufrir eternamente hambre y sed. Su cuerpo estaba sumergido en agua debajo de un árbol cargado de fruto. Pero cada vez que su boca se acercaba al agua, esta retrocedía y cada vez que extendía su brazo a una rama del árbol, esta se ponía fuera de su alcance. Según otra versión pendía sobre su cabeza una gran piedra que continuamente amenazaba con desplomarse. (Su nombre podría estar relacionado con la raíz de τανταλίζω oscilar, fluctuar).

De él fueron hijos Pélope, epónimo del Peloponeso, y Níobe, cuyos hijos perecieron a manos de Apolo y Ártemis.

Pélope, por tanto oriundo de Asia, emigró a Grecia a consecuencia de la guerra desencadenada por Ilo contra Tántalo. Consiguió casarse con Hipodamia, hija de Enómao, rey de Élide, después de haberlo vencido en una carrera.

Su hijo Atreo llegó a ser rey de Micenas después de Euristeo. Según la Ilíada le heredó legítimamente su hermano Tiestes, pero según los épicos y trágicos posteriores el linaje de Tántalo inició una serie de espantosos crímenes: Tiestes le robó a su hermano mujer, reino e hijos. Pero Atreo urdió una venganza terrible: recuperó el reino y se apoderó de los hijos de Tiestes y se los sirvió en un banquete. (Esta venganza es el tema de la tragedia Thiestes de Séneca, que se pudo inspirar en tragedias perdidas de Sófocles y Eurípides sobre este mito). Más tarde, Atreo fue muerto por Egisto, hijo de Tiestes, al que Atreo había educado en la creencia de que era hijo suyo.

Egisto fue desposeído del poder por Agamenón y Menelao, hijos legítimos de Atreo, el primero rey de Micenas y el segundo, de Esparta. Menelao se casó con la bella Helena, raptada por Paris, hijo de Príamo, rey de Troya. Aquí enlazamos con el ciclo troyano.

 

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