Saltar la navegación

Equinodermos

Sistema nervioso de un crinoideo

Los equinodermos presentan numerosas células sensoriales por la superficie del cuerpo (en los pies ambulacrales, espinas…) que participan en la recepción de estímulos luminosos, táctiles y químicos. Las células sensoriales son especialmente abundantes alrededor de la boca y del ano. En los erizos de mar también se localizan mecanorreceptores. Sin embargo, los equinodermos poseen pocos órganos sensoriales especializados salvo en algunos casos como las estrellas de mar, en las que encontramos fotorreceptores agrupados para formar ocelos que se sitúan en el extremo de cada brazo.

 

El sistema nervioso de los equinodermos está poco desarrollado y es difuso. Está formado por un anillo nervioso oral alrededor de la faringe que funciona como un centro de control y del cual parten cordones nerviosos radiales hacia la periferia, en donde forman plexos nerviosos. A partir de este modelo básico encontramos dos tendencias:

  • Algunos grupos más complejos como las estrellas de mar presentan uno o dos anillos más y pueden elaborar respuestas complejas (algunas estrellas de mar gigantes son capaces de aprender a dirigirse hacia el alimento cuando se enciende una luz, haya o no haya comida).

  • En otros grupos el sistema nervioso queda reducido a los plexos subepidérmicos. En estos animales las respuestas son muy simples y predeterminadas.

Obra publicada con Licencia Creative Commons Reconocimiento No comercial Compartir igual 4.0